Un vecino de Gijón de 48 años de edad aceptó ayer ante el tribunal del juzgado de lo penal número 1 de la ciudad una condena de 80 días de trabajos en beneficio de la comunidad como responsable de un delito de lesiones al haber golpeado en varias ocasiones con un cinturón de cuero a su hijo de 13 años, al que acusaba de no estar estudiando tal y como él le había ordenado.

El juez encargado de clarificar estos hechos, que tuvieron lugar el pasado 15 de mayo, obliga además al padre ahora condenado a pagar 200 euros de indemnización al menor y le impone una orden de alejamiento que le impedirá comunicarse con su hijo por cualquier medio o acercarse a su casa o a su lugar de estudio durante los próximos seis meses.

El enfrentamiento entre agresor y agredido que derivó en este procedimiento penal tuvo lugar por la mañana, cuando el ahora condenado comprobó que su hijo no estaba estudiando. Ni corto ni perezoso, le ordenó que se bajara los pantalones y la ropa interior y le golpeó en varias ocasiones con un cinturón de cuero. Desde la Fiscalía del Principado de Asturias indicaron ayer que el menor sufrió, como consecuencia de los cintarazos, "lesiones en ambos glúteos y en la pierna izquierda" que curaron a los cinco días sin que el chico precisara tratamiento médico más allá de una primera asistencia en un centro de salud.

Los hechos -denunciados por el ministerio público y reconocidos posteriormente por el progenitor después de que su abogado llegara a un acuerdo con la Fiscalía-, fueron considerados un delito de lesiones por el que, además, se prohíbe al progenitor portar armas durante un año. El acuerdo entre las partes permitió ayer por la mañana evitar la celebración del juicio en el que el titular del juzgado de lo penal número 1 debía interrogar al padre del menor.

Las condenas de los tribunales a los progenitores que golpean a sus hijos se vienen repitiendo en los últimos meses. Hace menos de un año, el juzgado de lo penal número 2 de Pamplona condenó a 56 días de trabajos en beneficio de la comunidad, a seis meses de alejamiento y al pago de una indemnización de 213,22 euros a un padre que pegó a su hijo de ocho años por no hacer los deberes. En este caso el progenitor también golpeó en varias ocasiones al niño en los glúteos si bien en ese caso la víctima sufrió varios hematomas para los que precisó tratamiento y seguimiento médico.