Francisco Ramos, portavoz de Ecologistas en Acción en Asturias, considera que uno de los motivos de los niveles de contaminación de la zona oeste de Gijón tiene que ver con la, a su juicio, escasa altura de las chimeneas del sínter de ArcelorMittal (la instalación en la que se trata el mineral de hierro antes de enviarlo a los hornos altos).

"Los límites legales de emisiones (por chimenea) están pensados para una dispersión perfecta, en todas las direcciones, pero la realidad no es esa", señala. En lugar de una dispersión perfecta, es relativamente frecuente que las emisiones del sínter salgan en forma de "penacho o chorro", en una única dirección, que según Ramos es o bien hacia Monteana o bien hacia Cuatro Caminos.

En ello influyen varios factores, destacando el de la escasa altura de la chimenea, la barrera que hace el Monte Areo y la dirección del viento, que cuando es del suroeste lleva los contaminantes hacia el oeste de la ciudad. La situación se agrava en condiciones de inversión térmica, cuando una capa de aire caliente se superpone sobre aire frío más próximo al suelo, con lo que las emisiones "apenas cogen altura", dificultando aún más su dispersión.

Añade que cuando se producen picos contaminantes por partículas menores de diez micras, sin que se eleven otros parámetros, eso suele estar relacionado con la llegada de un chorro de contaminación a la zona.