Nicolás Cancio recuerda en el breve texto que sirve de introducción a la nueva muestra de Pablo Basagoiti el cambio que supuso, a partir de 1888, la comercialización por Kodak de las cámaras ligeras, para aficionados, y las películas en rollo. "La fotografía podía ser algo espontáneo, divertido y sobre todo familiar. Nacía por tanto el uso más extendido que ha mantenido a lo largo de su historia: construir álbumes de recuerdos", afirma. Pues bien, ésa es la tradición que Pablo Basagoiti quiere continuar, de alguna manera, en la nueva exposición que está abierta desde hoy al público en la sala Mediadvanced, aunque su inauguración oficial está prevista para el próximo viernes (20:00 horas), en un acto al que asistirá el artista.
"Trato de poner en valor lo que pasa en el entorno más inmediato; lo que tenemos más cerca es importante y puede enocionarnos, sin necesidad de ir a las Maldivas", explica el fotógrafo, que ha puesto el foco, en esta ocasión, en las imágenes próximas que fue encontrándose durante los meses de junio, julio y agosto del año 2012. De ahí el título de la muestra, "Verano", y el explícto matiz que introduce: "Hay cosas que el dinero no puede comprar...".
Pablo Basagoiti Brow es madrileño de 1973, aunque vive en Gijón desde hace años. Hijo de Guillermo Basagoiti, responsable del Museo Evaristo Valle y un muy destacado escultor, el fotógrafo es descendiente de Evaristo Valle por partida doble: sus dos abuelas eran sobrinas del gran pintor asturiano. Hablamos de un autor muy estrechamente vinculado con el arte en sus diversas manifestaciones, de la pintura a la escultura, desde la infancia. Su padre también ha sido, por cierto, un muy interesante fotógrafo que llegó a publicar en la prestigiosa "Life" la imagen del accidente de los pilotos de Fórmula 1 Jacky Ickx y Jackie Oliver, en el circuito del Jarama de Madrid.
Es la segunda exposición que Pablo Basagoiti cuelga este año en Gijón. La pasada primavera llevó al Museo Barjola parte de su serie "Cuadrante", un muy particuar acercamiento fotográfico a la ciudad en la que el artista vive. El fotógrafo ha presentado "Cuadrante", con la que ganó el concurso "DeFoto" de este año, como un "homenaje a Gijón".
El lenguaje de "Verano" es, según explicó ayer Pablo Basagoiti, más "clásico" que el de muchas de las imágenes que mostró en "Cuadrante". Expone ahora catorce fotografías, en blanco y negro y con formatos pequeños y medianos. Esta serie es, no obstante, más amplia.
Pablo Basagoiti indaga desde la humildad de esa tradición de las imágenes de cercanías, de las cosas que nos son próximas, para revelarnos la emoción de lo que nos rodea, mientras la luz y las sombras del verano bañan playas y piscinas, escaleras místicas o tejas que componen un raro y caprichoso animal. Con estas incursiones de la mirada en los angulos estivales del mundo más cercano, el artista busca la emoción no siempre perceptible -por aquello de que estamos abrumados por las rutinas- de la vida.
