Hemos perdido recientemente un marido, un padre, un abuelo y un amigo. Se ha ido una maravillosa persona que nos ha dejado un inmenso legado de principios y valores, siendo un ejemplo y un referente para todos los que hemos tenido la suerte de estar a su lado, y cuyo recuerdo permanecerá siempre en nuestra memoria, pues deja una huella profunda e imborrable.

Hace trece meses se le diagnosticó síndrome mielodisplásico de alto riesgo y pancitopenia aguda, una enfermedad que afecta a la médula ósea. En ese momento comenzó una dura lucha por prolongar lo inevitable.

Hemos tenido la suerte de disfrutar de su compañía durante poco más de un año, de lo que estamos muy agradecidos, y que no habría sido posible sin el binomio formado por el hecho de haber sido un excelente paciente y la inestimable dedicación, preocupación y trato humano del equipo de Hematología del Hospital de Cabueñes y de la planta del Hospital de día, a los que queremos agradecer el trato dispensado tanto a la persona que nos ha dejado, como a los familiares que lo acompañábamos en cada consulta, haciendo una mención especial al Doctor Rubén Álvarez Fernández y a la enfermera Mari Luz, por el cariño, cercanía, humanidad y profesionalidad que mostraron desde la primera consulta. Gracias de todo corazón.

Aprovecho la ocasión para mandar mucho ánimo y fuerza a todos los pacientes de la planta de Hematología, así como a sus allegados, pues conocemos de primera mano la difícil situación y la dureza del tratamiento, pero puedo aseguraros que estáis en las mejores manos posibles.

En los tiempos que corren, donde la sociedad se preocupa más de criticar la Sanidad que de agradecer y reconocer su vital labor, desde estas líneas queremos transmitir toda nuestra gratitud y admiración por su labor diaria y dedicación. Muchas gracias.