En el año 2050 el 70 por ciento de la población mundial residirá en ciudades, y los urbanistas prevén que el espacio para acomodar a más de 9.000 millones de personas sobre la faz de la tierra se desarrolle en vertical, con edificios que se desarrollen hacia el cielo y que están llamados a interconectarse entre ellos. ¿El problema? Que los ascensores actuales no están preparados para asumir ese gran reto. La solución, en cambio, la ofreció ayer ThyssenKrupp en Gijón, con la presentación mundial del primer ascensor sin cables que es capaz de desplazarse de manera horizontal y vertical con un sistema de levitación magnética, con imanes.

Y no se trata de ciencia ficción a largo plazo: el primer ascensor de estas características estará operativo de manera experimental a finales del año que viene en la torre que la compañía está construyendo en Rotttweil, en Alemania. El campo que se abre además a este tipo de ascensores es muy grande, dado que "en la actualidad hay 180 edificios de entre 200 y 300 metros de altura en construcción, con la previsión de que hasta el año 2020 se construyan más de un centenar de edificios de más de 300 metros", como apuntaron ayer los responsables de Thyssen desplazados al Centro de Innovación de la compañía en Gijón.

Andreas Schierenbeck, consejero delegado de ThyssenKrupp Elevator fue el encargado de dar a conocer el ascensor "Multi", una "enorme innovación mundial" que permitirá el desplazamiento también en horizontal y transformará el movimiento vertical en "un sistema vertical de metro". Para ello el nuevo ascensor funciona sin cables, aplicando la tecnología de motor lineal que utiliza el tren de levitación magnética "Transpid". Ello supondrá además un importante avance: el ahorro de "hasta un 25 por ciento" en el espacio que ocupan los ascensores.

De esta manera se permitirá la creación de un sistema con varias cabinas por hueco, a un velocidad de cinco metros por segundo que facilitarán los desplazamientos de los usuarios dentro de los edificios. La frecuencia de paso de las cabinas podrá llegar a ser de hasta 15 segundos, de manera que puedan actuar en edificios de gran altura como intercambiadores y distribuidores de los usuarios hacia otros edificios conectados.

El prototipo que ayer se dio a conocer en Gijón está realizado en escala 1 a 3, con cuatro cabinas que se mueven en los dos ejes. Una demostración de que "con este sistema no existen limitaciones de altura ni de forma de los edificios", y con la previsión, además, de que los compradores puedan recuperar la inversión en este tipo de ascensores "en un plazo de entre cuatro y seis años".

Para el año 2020, tal y como avanzó Andreas Schierenbeck, se prevé que la demanda global de equipamientos de ascensores y servicios para el transporte de personas "se incrementará en más de un 4 por ciento anual y alcanzará los 61.000 millones d euros, de los 49.000 millones de euros registrados en el último ejercicio fiscal".

El nuevo ingenio de la corporación supone poner fin a "160 años sin una revolución de verdad en el sector del ascensor", en un momento en el que "los ascensores de todo el mundo mueven un billón de personas cada día". Para ello se ha involucrado a un equipo de medio centenar de ingenieros de todo el mundo que han conseguido aumentar la capacidad de transporte en un 50 por ciento y reducir la huella del ascensor en los edificios en otro 50 por ciento. ThyssenKrupp ha suprimido los cables de suspensión y ha equipado las cabinas con motores lineales, lo que permite que se desplacen por los huecos de la misma manera que los trenes se mueven por los sistemas ferroviarios. La seguridad, además, está garantizada con sistemas de propulsión y de frenado en las cabinas, así como por el sistema de control de seguridad desarrollado por ThysssenKrupp para la tecnología del ascensor "Twin", con dos cabinas viajando independientemente por el mismo hueco y que impide que las cabinas se acerquen demasiado la una a la otra.

Al acto de presentación asistieron ayer el Presidente del Principado, Javier Fernández, quien se congratuló de que "los avances de la compañía se muestren en Gijón"; así como Javier Sesma, director general del Centro Global de Innovación de la compañía, el director general de Industria, Luis Ángel Colunga, el subdirector general de proyectos internacionales del Ministerio de Economía y Competitividad, Joaquín Serrano; la alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón; el director de la Escuela Politécnica de Ingeniería, Juan Carlos Campo, o el presidente de la Cámara de Comercio de Gijón, Félix Baragaño.