Quienes le conocieron bien, le disfrutaron. Resultaba impensable no echar alguna que otra carcajada conversando con Ladis. Quienes compartieron confidencias con él coinciden en calificarlo como culto y divertido. En definitiva un amigo que se ha ido. Prueba de ello es la aseveración que Ladis solía sostener y que ayer recordó su hijo Lalo Azcona durante el responso oficiado por el padre Mariano, otrora futbolista profesional en el Arandina, en el tanatorio madrileño de Tres Cantos en la intimidad de quienes le querían y apreciaban cumpliendo así una de sus últimas voluntades. "Aunque no le guste a Lola debo decir que he sido regular marido pero excepcional amigo de mis amigos", contó Lalo Azcona que solía decir Ladis. "Llegué a tener una gran amistad con él, de igual a igual, y vivir cosas y hablar de situaciones que un hijo no suele hablar con su padre", añadió.

Lalo Azcona, actual presidente del consejo social de la Universidad de Oviedo, tildó a su padre de "leal, cercano y pluriempleado". Incluso recordó graciosas anécdotas durante el duelo de ayer: "Cuando se jubiló me dijo que le buscara algo para no aburrirse. Le metí en un consejo de administración, llegó a presidente y todos le recuerdan con cariño aunque era tacaño y miraba las cuentas con lupa". No obstante compartió mesa y mantel con numerosos amigos. Como el actor Arturo Fernández, que se mostró impactado por la obituario. "Es ley de vida pero se va un magnifico periodística, excelente crítico de toros, entrañable y un gijonés que siempre recordaré. Un gran conversador, magnífico. Lo tenía todo: sensibilidad artística y literaria. Lo lamento y en la primera iglesia que encuentre rezaré por mi amigo Ladis". "Siempre le agradeceré que en mis primeras películas me ayudó muchísimo cuando yo empezaba. Es algo que no se puede olvidar", añadió el actor asturiano.

Notablemente emocionado recordaba Arturo su última vivencia con Ladis en Gijón. "Fue en un almuerzo en Casa Víctor. Él comía con su familia y yo comía con un íntimo amigo y "Vitorón". Se unió a nosotros a las tres de la tarde y estuvimos hasta las ocho hablando, riendo como lo hacíamos en los viejos tiempos. Fue echar a rodar las nostalgias". Se trata de una prueba más de que al lado de Ladis no pasaba el tiempo por su amena conversación y por su ironía, de la que nadie se salvaba. Ni propios ni extraños.

Esa faceta "coñona" la sufrió con agrado la ex alcaldesa de la ciudad Paz Fernández Felgueroso. "Habiendo pasado la mayor parte de su vida fuera de Gijón, siempre estuvo informado y pendiente de cuanto acontecía en su ciudad natal", explica. "Sus artículos irónicos, deliciosos e incisivos así lo evidenciaban. Cuando consideraba que una decisión no era positiva para nuestra ciudad, su ágil pluma de gijonés militante, como fino bisturí diseccionaba el asunto, siempre en clave de humor 'playu', no dejando títere con cabeza", matizaba ayer la exmandataria, con quien compartió el balcón del Ayuntamiento, en agosto de 2010, el día en que Ladis se dirigió a su "Gijón del alma" en calidad de pregonero de la Semana Grande. Aquella fue la última comparecencia de Felgueroso en estas lides. Ahora, recuerda con una sonrisa las palabras que le dedicó. "Fartucose de nosotros", dijo Ladis "al mencionar que eran mis últimas fiestas como alcaldesa".

Los colegas de profesión le consideraron siempre uno más del gremio. "No era periodista de profesión pero sí de alma y de mucha cultura. Era un avanzado de su época, demócrata y liberal", manifestó Graciano García, exdirector de la Fundación Princesa de Asturias, al recordar a "un hombre de gran ingenio para hablar y escribir donde en cada reunión en que estaba él había concordia y alegría". A los piropos se unió el también periodista Juan de Lillo, quien calificó el estilo literario de Ladislao de Arriba como "agudo y con humor punzante y constante". Otro gran amigo y confidente, José Luis Balbín, aún convaleciente tras una intervención quirúrgica, ni siquiera pudo articular palabra a requerimiento de este periódico, presa de la emoción.