Han querido despedirse en la iglesia de Fátima, en un barrio gijonés que les ha arropado a lo largo de un cuarto de siglo de extraordinaria actividad musical. La formación "Coro Cantábrico" (en la fotografía) cantó ayer su despedida en la ciudad -les queda un concierto más en Sama de Langreo- por la imposibilidad de su renovación generacional. Necesitan intérpretes jóvenes que no llegan. Y lo hizo en el Encuentro de Voces Graves, que la agrupación organiza, junto al "Cuarteto Torner" y el "Coro Santiaguín".