En mitad del huracán informativo que ha supuesto internet, conviene frenar por un instante para reflexionar. Y a ello se dedica José Luis Orihuela, profesor de la Universidad de Navarra, doctor en Ciencias de la Información y experto en el impacto de las nuevas tecnologías en los medios de comunicación. Sobre este asunto impartió ayer una charla a alumnos del colegio de La Inmaculada, donde también hablará mañana sobre el uso correcto de las redes sociales.
-¿Cómo está siendo la adaptación de los medios de comunicación a internet?
-Lo que ha ocurrido históricamente en el ámbito de la comunicación, desde la imprenta de Gutenberg, es que todas las innovaciones tecnológicas, hasta la llegada de internet, han reforzado el poder de los que ya tenían la capacidad de comunicar. Si tenías un canal de televisión y pasabas del blanco y negro al color, reforzabas tu posición. Pero internet es hasta ahora la tecnología más sofisticada y que ha producido un impacto más radical sobre los medios. Es la primera vez que la innovación no refuerza el poder de los que tienen la capacidad de comunicar, sino que lo distribuye. Tanto ciudadanos como organizaciones pueden apropiarse ahora de la tecnología para hacer comunicación pública.
-Esto enlaza con un gran debate. ¿Hasta qué punto cree que se resentirá el papel?
-La pregunta realmente importante no es acerca de la supervivencia de un soporte. Es mucho más importante entender que, en el modo en el que se está consumiendo la información hoy, el usuario es cada vez más agnóstico respecto al soporte. No hay fidelidad a un soporte, sino que el usuario utiliza el instrumento tecnológico que tiene al alcance en cada momento. Mientras ve la televisión, está con el iPad; mientras está camino de su trabajo, está con un teléfono; en su lugar de trabajo, con un ordenador de sobremesa... Lo importante es que los medios sean capaces de llegar con su contenido de calidad a sus lectores o usuarios a través de la plataforma que en cada momento sea más conveniente. La apuesta, más que por la supervivencia del papel, va por la supervivencia del periodismo de calidad. Papel seguirá habiendo, posiblemente, cincuenta años más. Pero el futuro pasa por entender cómo está cambiando la forma de comunicar.
-Pero está claro que la web de un medio no puede ceñirse al vuelco de su contenido en papel.
-Desde luego. Históricamente el error que se ha cometido en los medios respecto a internet ha sido precisamente éste. Primero lo cometió la prensa, después la radio y después la televisión. Entendieron internet inicialmente como una plataforma para la redifusión de contenidos originalmente pensados para otros soportes. Deben entender que internet y las redes sociales permiten un modo de comunicación diferente, personalizado, interactivo, hipertextual, multimedia....
-Y si se vuelca gratis todo el contenido del diario es injusto para la persona que compra un ejemplar en quiosco...
-Sí. Pero, fundamentalmente, los tiempos del papel y la red son distintos. Cuando uno se encuentra con noticias en el papel en la oficina o cafetería, si es usuario intensivo de internet, muchas de ellas ya las conoce de hace horas. Nuestra defensa, en el ámbito de la comunicación profesional, consiste en ser cada vez más excelentes. Así se justifica que yo pretenda cobrar por un contenido frente a otro similar gratis. Es decir, en la medida en la que la calidad de mi contenido sea mejor y mi marca le otorgue credibilidad.
-Ha insistido en la importancia de la calidad del producto informativo. Con internet todo va más rápido. ¿Es un riesgo para la calidad?
-Internet, las redes sociales y los dispositivos móviles han acelerado los flujos informativos. Todo circula más rápido y la vieja periodicidad que configuraba los modos de trabajo de los medios de comunicación ahora desaparece. El vector temporal dominante es el tiempo real y no la periodicidad. Entonces estamos en una situación de riesgo permanente, porque la carrera es, desgraciadamente, quién lo saca antes y no quién lo saca mejor. Nunca ha sido más necesario que ahora entender que es mucho más importante hacerlo bien que sacarlo primero. Entender esto es fundamental para no seguir matando a Fidel Castro cada fin de semana.
-¿Cuál es el mayor error que puede cometer uno en las redes sociales?
-Una de mis conferencias va dirigida a explicar a los nativos digitales (adolescentes) el concepto de huella digital. Todo lo que van publicando acaba configurando su identidad digital, una huella que en el futuro va a ser rastreada por sus empleadores, futuras parejas... Deben ser conscientes de hasta qué punto las cosas que publicamos condicionan nuestras oportunidades en el futuro. En este sentido el primer error es pensar que internet es otro planeta, que las cosas que hacemos no tienen efectos sobre el mundo físico. Y yo explico que el mundo virtual es real, y las cosas que hacemos en el mundo virtual tienen impacto en el mundo físico. Haces una compra en Amazon y en tu cuenta bancaria hay cincuenta euros menos. Una novia corta contigo a través de WhatsApp y tus lágrimas mojan el teclado. Lo primero es explicarles esto, que las reglas, el sentido común, la sensatez con la que funcionamos en un entorno físico deben proyectarlas ahí.
-¿Los jóvenes y adolescentes son conscientes de ello?
-Los jóvenes y adolescentes tienen un horizonte temporal que posiblemente no va más allá del fin de semana. Por lo tanto, plantearles cosas que van a suceder cuando se enfrenten a un proceso de selección o entrevista de trabajo resulta complicado. Sí son conscientes de que están más expuestos. Y tienen la inseguridad que les produce el hecho de que por primera vez ni sus padres ni sus maestros, en un asunto de vital importancia como la construcción de su propia identidad, no tienen tanta experiencia como ellos. No tienen un referente. Por eso agradecen estas charlas, para saber que es un juego que se juega en serio y que tiene efectos reales en el mundo físico.
