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El Consistorio modificó el nombre de la calle en 1891 y luego rectificó

El renombramiento de La Merced no es el primer envite que esta tradicional calle de Gijón ha sufrido a lo largo de la historia. Hay un precedente en 1891. El 17 de agosto de ese año, la sesión municipal acordó que la vía debería llevar el nombre de Claudio Alvargonzález, según recoge el libro "Las calles de Gijón. Historia de sus nombres", de Luis Miguel Piñera. Pocos días después se echaron atrás y optaron por su ubicación actual.

Mucho hay que bucear en la hemeroteca para fechar el nombramiento de esta vía como la Calle La Merced. Lo que sí es seguro es que nace de la cultura popular y tiene su origen en los monjes mercedarios. Esta congregación era propietaria de un convento situado al inicio de la calle. Un complejo que incluía un hospicio y la capilla en honor a San Antonio, que ahora da nombre a la perpendicular donde se inicia La Merced. La capilla fue la más longeva de las instalaciones y perduró hasta 1893.

Por otro lado La Merced no siempre abarcó la misma amplitud que hoy día. El tramo que va desde la plaza del Instituto hasta Casimiro Velasco se denominó Conde Don Alonso, a partir del 23 de abril de 1847, en honor a Alonso Enríquez, hijo bastardo de Enrique de Trastamara. La unificación de ambos tramos de la calzada bajo la denominación de La Merced llegó el 17 de agosto de 1891. Pero no le duró mucho la uniformidad.

Corría el año 1906 cuando se rebautizó la calle como Vicente Innerárity. Este gijonés fue presidente local del Partido Centralista, luego del Centro Republicano, y participante en la fundación del diario El Noroeste. Falleció en 1899 a los 48 años y hoy da nombre a una perpendicular de la avenida de la Costa que conecta con Pablo Iglesias. Con ese nombre se mantuvo hasta la conclusión de la Guerra Civil en 1939. Ahí recuperó su nombre de La Merced. ¿Hasta cuándo?

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