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La compra elevada al cubo

Un estudiante de Ingeniería diseña un sistema para levantar las cestas del supermercado hasta la línea de caja con un ingenio mecánico

Óscar Vidal, a la izquierda, e Ismael Gómez muestran en el ordenador el prototipo del ingenio. ÁNGEL GONZÁLEZ

La imagen de una señora mayor en un supermercado afanándose por sacar de su cesta los productos antes de pagarlos en la línea de cajas le ha dado al ingeniero electrónico Óscar Vidal una idea para patentar y que puede tener premio en forma de financiación.

El joven estudiante del Máster de Mecatrónica de la Escuela Politécnica de Ingeniería ha desarrollado un ingenioso sistema para que los compradores no tengan que agacharse cada vez que tengan que vaciar la cesta de la compra al ir a pagar. Se trata, tal y como explica, de "un motor con dos barras que enganchan la cesta por los borde superior y la elevan hasta la altura de la cinta de la caja". Con ello, el comprador no tiene que hacer más que acercar la cesta al sistema y éste, de manera automática, la levanta y la vuelve a bajar una vez vacía. Una idea "sencilla pero eficaz y útil", que acaba de ser elegida una de las diez finalistas del "Business Market" en Elche, un evento de captación de financiación para la puesta en marcha de proyectos innovadores al que se han presentado inventos tan curiosos como un coche volador, un anfibio capaz de volar a siete metros del suelo, o un sistema para integrar el teléfono inteligente en la bicicleta.

"Hay posibilidades", señala el profesor Ismael Gómez, que acompañará a Óscar Vidal la próxima semana en Elche a la caza de inversores. De hecho el proyecto del elevador de cestas nació en el seno del Concurso Emprendedor de la EPI, un certamen para alumnos de toda la escuela al que el joven ingeniero presentó su propuesta. Lleva trabajando en ella desde el pasado mes de marzo, y ya cuenta con un prototipo sobre el papel y con una patente para poder desarrollar en el futuro su invento. Ismael Gómez ha colaborado con el alumno en el diseño del plan de negocio, y ahora vuelcan sus esfuerzos en lograr atraer la atención de algún inversor.

"Estamos hablando de una cantidad pequeña, para desarrollar el prototipo y realizar las primeras pruebas", razonan profesor y alumno. A partir de ahí, "el mercado potencial es enorme", porque sólo en España hay 17.000 establecimientos en los que se podría aplicar el ingenio.

Una "buena idea", defienden, en un mundo, el de la ingeniería, en el que "muchas veces se estudian grandes soluciones a grandes cuestiones pero cuesta dar con cosas sencillas como esta", asevera Vidal. La elevación de la cesta para "mejorar la experiencia de compra del cliente".

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