El hospital de Cabueñes tiene más de 5.000 pacientes -en concreto 5.074- en lista de espera para hacerse una ecografía. Una cifra mayor de la que acumula cualquier otro hospital de la región, incluido el HUCA, en demanda de ecografías sin atender. De hecho, no hay ningún hospital de la región que tenga un desfase semejante de citas pendientes para ninguna de las técnicas diagnósticas que registran mayor demanda: ni colonoscopias, ni mamografías, ni escáneres, ni resonancias. En el caso concreto de Cabueñes, las ecografías pendientes casi triplican el número de resonancias pedidas y en espera, y multiplican por seis los escáneres o colonoscopias sin atender.

El problema que se registra en el hospital de Cabueñes tendría que ver tanto con el volumen de peticiones como con la falta de personal -por la marcha de algún profesional muy cualificado en ecografías y jubilaciones no cubiertas-. También con el hecho de que hay algún ecógrafo obsoleto que, pese a constar como tecnología en activo para el servicio de Radiodiagnóstico, tiene un uso mucho menor que el resto. Del atasco que sufren las salas de ecografía de Cabueñes son concientes en muchos servicios médicos y quirúrgicos, que dependen de los resultados de estas técnicas diagnósticas para la correcta atención a los pacientes, como ayer recordaban diversos especialistas.

La cifra de la demora corresponde al mes de septiembre de 2015 y fue hecha pública ayer por el Servicio de Salud del Principado en un intento por responder al compromiso adquirido de publicar periódicamente tanto las listas de espera quirúrgicas como las de consultas y técnicas diagnósticas. Respecto a la información que se ofrecía otros años, ahora el Sespa no aporta ninguna indicación del tiempo que esperan esos pacientes, aunque en Cabueñes algunos facultativos saben que hay demoras que rondan el año. Y si bien las cuestiones más urgentes tienen carácter prioritario y se consideran cubiertas, eso no quita para que el desfase esté generando otros problemas añadidos. Como por ejemplo, como reconoce algún especialista, el hecho de que para evitar esa gran demora se está optando por pedir resonancias para diagnósticos que se podrían resolver con ecografías. Un cambio que genera más coste al sistema, una radiación innecesaria para el paciente y menor capacidad de resolución ya que el tiempo que se invierte en un estudio de resonancia es muy superior al que se necesita para completar una ecografía.