Los vecinos de un tramo de la calle Dolores Ibárruri exigen al Ayuntamiento la poda de los árboles situados en frente de sus casas, y que llegan ya hasta el tercer piso, e impiden la entrada de luz a sus viviendas.

A principios de este año elevaron la queja a los competentes municipales de esta área sin recibir ninguna solución satisfactoria para sus intereses. "En su momento nos dijeron que no era época de tala de árboles y que había que esperar al otoño. Ahora nos dicen que los árboles son ya demasiado altos como para talarlos", explica enojada y sorprendida María Luisa Martínez, moradora del tramo afectado.

La arboleda comprende los edificios del número 29 al 33 de la calle Dolores Ibárruri, en el barrio de Nuevo Gijón y sus vecinos se sienten ignorados por la autoridad municipal. "En el barrio no mordemos a nadie, que se acerque algún día la alcaldesa a comprobar cómo están los árboles, que parece ya una selva, y la acera que no la cambian desde hace 20 años", denuncia Fermín Gallardo, vecino a la espera de una solución. "Compré un piso con vistas y no hay quien vea nada", replica Gallardo.

Son varios los afectados en la calle y ante la falta de apoyos y soluciones en el Consostorio varios vecinos han comenzado a buscar alternativas por cuenta propia. Tras informar a los medios de comunicación no declinan la posibilidad de recoger firmas para agilizar la entrada de luz en sus viviendas.