El calamar gigante desembarcado el lunes en El Musel supone el tercer cefalópodo encontrado en el Cantábrico en los últimos meses. En este caso se trata de una hembra que va a permanecer congelada en las propias instalaciones de la lonja, en la Rula de El Musel, debido a su gran tamaño, 150 kilos de peso y 10 metros de longitud. Se convierte así en una de las más grandes capturas de los últimos años. En agosto se había capturado un ejemplar de 80 kilos y 4,5 metros y un tercero llegó en septiembre.

"Se va a conservar sí o sí", recalca Luis Laria, presidente de la Cepesma (Coordinadora para la Protección de las Especies Marinas). Y lo dice pese a que el coste económico que hay que afrontar es alto: a razón de 7.000 euros por ejemplar. Alrededor de 20.000 euros por la terna.

Los calamares aguantan congelados, en perfectas condiciones, no más de tres meses. "Tienen un 80% de agua y si pasan de ese tiempo se deshidratan", explica Laria. Para manipular la gran hembra capturada en el caladero de Codillo (frente a Villaviciosa) no habrá que esperar tanto. En unos días se descongelará lentamente y comenzarán con el grueso de las tareas en el Parque de la Vida, en Luarca. Por un lado se llevará a cabo la necropsia en la que está previsto que participen instituciones como en el CSIC, IEO y la propia Cepesma. Posteriormente se diseccionará y eviscerará. A partir de ese momento comenzará la investigación: estudios biométricos, de alimentación, de genética, de reproducción e incluso de metales pesados. Y por último se recompondrá anatómicamente.

Para ello se necesitan 500 litros de alcohol, antioxidante y otros conservantes. Estos productos son fundamentales por la cantidad de amoníaco que el calamar alberga en su masa corporal y que impide su correcta conservación. Finalmente, la urna, con un coste superior a 4.500 euros. "Se conservará con los diferentes fluidos y en unos días más se expondrá", desvela Luis Laria. Con estos tres nuevos ejemplares, que serán expuestos en el Parque de la Vida, ya son más de 25 los calamares gigantes acopiados de tres especies diferentes: "Architeuthis dux" -como el del lunes-, "Taningia danae" y "Dosidicus Gigas". Y así se va reponiendo el fondo museístico que se llevó el mar.