En un acto solemne, celebrado el jueves 12 de noviembre de 2015, a las 11 de la mañana, en el salón de grados del Departamento de Historia del Arte y Musicología, de la Universidad de Oviedo, Carlos José Martínez Fernández defendió ante el Jurado la Tesis Doctoral "Mateo Bullón Pérez (1931-2007) Estudio y edición de su obra coral", dirigida por D. Ramón Sobrino Sánchez.

En la sala Carlos José Martínez Fernández, contaba con la presencia de su esposa, su madre y familiares, y cantores que había dirigido.

El doctorando, complementando la tesis escrita, hizo una exposición oral brillante, con entusiasmo y vigor, reconocido unánimemente por el propio jurado, al margen de sugerencias puntuales y rigurosas planteadas en referencia a la edición.

Carlos, dejaba percibir la afinidad con Mateo Bullón, de quien había sido discípulo y continuador avanzado. Ha dirigido varios coros, conciertos orquestales y trabaja en proyectos musicales por España.

En su réplica a las puntualizaciones del Jurado, Carlos cerró su intervención con unas emotivas palabras de agradecimiento que Manolita, esposa, viuda de Mateo Bullón, le rogó trasmitiera al Jurado, honrada de que la labor y memoria de su marido fuere considerada a tan alto nivel.

Recordando algunos rasgos de Mateo Bullón, de origen salmantino, (Casillas de Monleón, 1931) se integró en su segunda patria, Asturias, en el año 1958. Vino a ejercer de Profesor de Música y organista en la Universidad Laboral de Gijón. Su carrera musical era una predicción de lo que sería su prolífica actuación como organista, enseñanza musical, compositor de varias obras e himnos y dirección de Coros.

Con 9 años ingresa por oposición en los Niños de Coro de la Catedral de Salamanca. Obtiene el Primer Premio extraordinario de Solfeo y a los 23 es Organista de la Clerecía de los PP. Jesuitas, finaliza Magisterio y poco después la carrera de Piano.

El Maestro, como se le llamaba coloquialmente fue un hombre jovial, ingenioso, serio y exigente consigo y con los demás. Entregado, como el mejor, atendió a cuantas instituciones le pidieron su colaboración y se ofreció para dar el toque musical allá donde fue preciso.

Nunca una crítica partió de sus labios, las "salidas de tono" si las había habido, las corregía, como era de rigor, en los ensayos. Resaltaba, siempre, las cualidades de cada cual, fuese director ú otro coro. Leía, interpretaba y transmitía con venerable fidelidad las notas que los autores de las partituras plasmaron en los pentagramas.

Las actuaciones, conciertos, ceremonias, o la interpretación del signo que fuera concluían con los aplausos, ovaciones o beneplácito del público que, dicho sin ambages, se entregaba a la calidad de sus conciertos.

Amigo leal, derrochó amistad y agradecimiento hacia cuantos trató. Puso la esencia musical en voces privilegiadas de cantores como Afelio, Honorio, Ocaña,... entre otros, y bajo el prisma de su generosa entrega ofreció siempre el éxito a los grupos que dirigió, gentes sin conocimientos musicales previos.

Su personalidad y su valía estaba asentada en elevados valores morales y una vocación y facultad musical extraordinarias.

Actuó para la Radio y Televisión Nacional y Portuguesa, en Rusia, Francia y tros países. Participó con el Orfeón Juvenil de la Universidad Laboral en la zarzuela El Gaiteru de Gijón y consiguió el tercer premio de Habaneras en Torrevieja, Tercer premio en Llangollen (País de Gales) con el Coro Asturiano de La Calzada, Primer premio La Mina y el Mar en La Felguera con el Coro de Granda, finalista en el Concurso Regional del Campoamor con el Coro Ars Senatorum, Primer premio y otras distinciones en los Concursos de la Canción de la Marina con el Ochote L'Arbeyal, Grabó varios discos con "Los Cuatro de Asturias" citando algunos de sus éxitos.

Actuó en infinidad de ciudades de España y un sin fin de pueblos y lugares de Asturias. En Catedrales importantes: Oviedo, Astorga, Lugo, Santiago de Compostela (allí se cantó la Misa Solemne del Peregrino dirigiendo al coro Ars Senatorum), como también en el Monasterio de Silos.

Poco antes de su fallecimiento por iniciativa, precisamente, de este joven y consagrado director musical D. Carlos Martínez, hoy Doctor, con la colaboración del Ayuntamiento de Gijón en la Colegiata Revillagigedo ofrecieron, inesperado, un concierto soberbio, en reconocimiento a las cualidades musicales del Maestro. Allí estaban los dos. Genuinos símbolos de la música coral. Carlos, con inteligencia y gran percepción, dirigía magistralmente, como los elegidos, la intervención de los Coros: Orfeón Gijonés y Ensáme Feminin "Cuenca del Nalón" de La Felguera. Mateo Bullón, sabia experiencia, dirigía al Ochote L'Arbeyal y Coro Ars Senatorum. "Los Senadores".

El y su esposa doña Manolita agradecieron el gesto profundamente.

Es maravilloso, Carlos, que hayas elaborado la Tesis Doctoral sobre su personalidad y obra, situando su nombre en la Universidad y las bibliotecas. ¡Enhorabuena, doctor!