Una exposición con enseres de cocina o aperos de labranza, un taller de tortos u otro de enriestrado de maíz fueron algunas de las actividades que permitieron a los alumnos del Colegio Jacinto Benavente retroceder un siglo y recordar las actividades que se realizaban durante la primera mitad del siglo XX. Pero ahí no se acabaron unas jornadas muy intensas, celebradas las semana pasada, que también tuvieron un aroma muy actual. Porque los niños del centro bailaron la danza prima e hicieron una romería escolar junto a los profesores, que estuvo amenizado por la gaita y el tambor.

Los alumnos también disfrutaron de talleres de manualidades, en los que se usaron castañas y hojas del propio colegio, un taller de alfarería y otro de cestería en el que se realizaron alrededor de los manzanos una malla al estilo cebatu.

Y para cerrar, una tradición de todos los siglos: el magüestu.