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ÁNGEL GABILONDO | Exministro de Educación y portavoz del PSOE en la Asamblea de Madrid

"Estoy convencido de que en la próxima legislatura habrá acuerdo en educación"

"Tenemos que hacer una valoración de Bolonia, incluso una evaluación; hablar de la libertad de movilidad sin recursos puede ser inquietante"

Ángel Gabilondo, el pasado viernes, en Gijón. MARCOS LEÓN

Ángel Gabilondo Pujol (San Sebastián, 1949) fue ministro de Educación entre 2009 y 2011, en el último gabinete del socialista José Luis Rodríguez Zapatero. Antes fue rector de la Universidad Autónoma de Madrid y desde las pasadas elecciones autonómicas lidera el grupo socialista en la Asamblea de Madrid. El pasado viernes participó, en Gijón, en una charla-coloquio sobre "Propuestas para el futuro de la educación". Ángel Gabilondo es uno de los autores del programa electoral con el que el PSOE se presenta a los comicios del próximo 20 de diciembre, en el apartado de "Educación, Ciencia y Cultura".

-¿Cuántos planes de educación tuvo España en los últimos cuarenta años?

-Desde luego, planes hay cada vez que llega un gobierno; leyes podemos decir que hay en torno a seis. En realidad, lo que hubo fue un exceso de leyes educativas y poca estabilidad.

-¿Por cuestiones puramente políticas?

-También es por ideología y me parece que obedece también a que, a veces, se ha utilizado la educación como un instrumento ideológico, como un instrumento también de seña de identidad frente a otros, en vez de entender que es un asunto de Estado y que requiere un acuerdo para que haya una estabilidad legislativa, financiera y de objetivos.

-Si tras las elecciones del próximo 20 de diciembre el PSOE gobierna, ¿cuál es el principal objetivo con vistas a la educación, buscar esa estabilidad pactando con la derecha?

-Ese es un gran objetivo, la estabilidad. Lo que es cierto es que también es muy importante impulsar el derecho a la educación, que es un derecho constitucional, y la consideración de la educación como bien público también, y es que ahora hay que volver a insistir en ello. Significa que haya igualdad de oportunidades, igualdad en los accesos, que haya inclusión, diversidad, que nadie se quede al margen por razones sociales o económicas. Me parece un objetivo grande, como también lo relacionado con el profesorado, para estimular, alentar, agradecer la labor del profesorado y también establecer unos mecanismos para el ingreso en los cuerpos docentes, la formación docente y la carrera, ahí es donde me parece que tenemos que hacer un esfuerzo muy grande. Estamos hablando de universalizar, no obligatoriamente, la educación de cero a dieciocho años para que haya siempre plazas, oportunidades en plazas públicas. Esto también requiere crear más plazas de Formación Profesional. Es un gran acuerdo, y siempre he dicho que un acuerdo no significa renunciar a las convicciones o principios que tiene uno, nosotros creemos en una educación no clasista.

-¿Qué es lo que está impidiendo hasta ahora ese gran acuerdo?

-Lo que se debe hacer es lograr ese acuerdo en la primera fase de la legislatura, ya que luego, al final, todo se hace más electoral, empiezan las encuestas y hay gente, incluso, que se asusta de ponerse de acuerdo. En la experiencia que yo tuve, desde luego no fue el obstáculo fundamental, ni tan siquiera la confederación de colegios de enseñanza religiosa. Había unos sectores más integristas, también dentro de la Iglesia, pero hay gente integrista en muchos lugares, a veces cerca de uno mismo.

-¿Hasta en la izquierda?

-En todos los lugares, incluso entre las personas que consideran que cualquier consenso es una claudicación o una renuncia a tus principios, y no es así. Creo que cuando hablamos de educación infantil, de Formación Profesional, de las universidades, podemos llegar a acuerdos. Estoy muy convencido de que en la próxima legislatura habrá un acuerdo en educación, pero vamos a procurar que sea bueno y que tenga estabilidad. Creo que todos los partidos han interiorizado que es bueno ese acuerdo, pero antes tiene que haber lo que llamamos el pacto social, de otra forma no habrá un pacto político. Y como defraudemos a la sociedad nos dirán que nos vayamos, la educación es un asunto y una prioridad de Estado.

-El actual Ministro de Educación dice que hay exceso de universitarios, ¿opina igual?

-No soy partidario de hacer afirmaciones de ese tipo. Creo que en España no hay más universidades de las que debe haber si atendemos al número de habitantes.

-Pero ninguna está entre las cien mejores del mundo...

-Es que si hacemos una lista de las mil mejores financieramente del mundo tampoco o si hacemos también una lista de las que reciben más apoyo social. En fin, a la hora de hacer una lista hay que hacerla con todo. Lo que nos falta es ese salto a la excelencia, pero significa también esfuerzos en todas las direcciones, también en recursos, hacer milagros es difícil.

-¿Cómo valora el Plan Bolonia?

-Me parece que es una pregunta decisiva. Tenemos que hacer una valoración de Bolonia, incluso una evaluación. Se planteaba como una gran transformación metodológica, una enseñanza mucho más práctica, con capacidad de movilidad, incluso con reconocimiento de los títulos dentro de Europa. ¿Qué pasó? Pues que entre la crisis económica, que lo hemos hecho excesivamente burocrático y que errores hubo de todos, entre ellos los que yo pude cometer, el resultado final es que a veces ni hay recursos para esa movilidad. Es decir, usted puede hacer el segundo año en Alemania y el tercero en Italia, pero será si puede pagarlo.

-¿Como siempre todo gira en torno al dinero?

-La implantación de Bolonia implica un cambio de cultura, pero también de recursos. Hablar de la libertad de movilidad sin recursos puede ser una consideración un poco inquietante. Tendrá libertad quien tenga recursos. Luego hay otra cosa, se crea o no se crea, y desde luego en Bolonia muchos hemos luchado para que no se mercantilice y para que no domine la terminología economicista la educación, que no es un producto ni los estudiantes son clientes.

-Cambiemos de tercio si le parece. ¿Se cree las encuestas y que el Partido Popular ganará las elecciones del 20 de diciembre?

-Las encuestas están hechas por personas muy serias y hay que atenderlas muy seriamente, pero no convertirlas en la razón de ser de la verdad. Pero ya tenemos demasiada experiencia para pensar que son el cierre de lo que va a ocurrir. Y luego hay otro dato: las encuestas también dicen que hay un veinte por ciento de personas que no saben a quién van a votar, y si nadie va a tener mayoría absoluta un veinte por ciento es mucho.

-¿Están en perspectiva dos grandes bloques, uno del PP con Ciudadanos y otro del PSOE con Podemos?

-No como bloques, pero desde luego está claro que esas corrientes de pensamiento político se van a fijar. Está claro que el Partido Popular puede pactar con Ciudadanos y Podemos que de pactar sería con el PSOE, digo yo. Ciudadanos está jugando a tener dos con quien pactar, y también el PSOE está mirando a dos con quién pactar, con Podemos y Ciudadanos. Es como el "juego del pañuelo", todos nos estamos mirando y nadie se atreve a coger el pañuelo y correr.

-Usted vive en el Madrid de la alcaldesa Carmena, que lo es gracias al PSOE, ¿cómo evalúa la labor de la Alcaldesa?

-Hay muchas cosas muy buenas y también algunas impericias, balbuceos y errores, pero transmiten muchos valores que comparto en la dimensión social de esta idea de lo público, de arriesgar e innovar en las formas de gobierno.

-¿Por qué no se pudo llegar a ese acuerdo en la Asamblea de Madrid?

-Tiene mucho que ver con los números, o funciona la aritmética o se acabó. La historia es que Ciudadanos más el Partido Popular tenían sesenta y cinco diputados y Podemos más el PSOE sesenta y cuatro, y esa fue la votación.

-¿Por qué piensa usted que Ciudadanos no hizo lo mismo que en Andalucía?

-Lo podría haber hecho, pero igual Ciudadanos, en Madrid, tiene una configuración y conformación o una tendencia a no encontrarse incómodo con el Partido Popular, lo cual no quiere decir que no pueda cambiar esa posición, pero no les veo incómodos, la verdad, a la hora de pactar con el Partido Popular.

-¿En el caso de que Pedro Sánchez sea el próximo presidente del Gobierno, se ve usted otra vez en el Consejo de Ministros?

-Estoy en otra cosa, sinceramente, estoy muy contento en la Asamblea de Madrid, donde estoy también aprendiendo. Estoy bien y no tengo ningún otro plan para mí, aunque no sé si otras personas tienen proyectos para mí, no tengo ni idea, pero para tener otros planes para mí desde luego hay que contar con la posibilidad de hacerlo y con lo que diga yo, que también me parece importante.

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