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Gijón sueña con abandonar la vía muerta

El kilómetro que separa El Humedal de Moreda, con parada en el Museo del Ferrocarril, es el trayecto de ida y vuelta que la ciudad recorre desde 2002 buscando su estación intermodal

Vista actual del espacio liberado de vías en el centro. JUAN PLAZA

Unos mil cien metros separan la plaza del Humedal del nacimiento del barrio de Moreda. Ese es el camino, con parada intermedia en el entorno del Museo del Ferrocarril, que transita desde hace trece años la intención de construir una gran estación intermodal en la ciudad. La estación es pieza esencial de ese rompecabezas que iba a colocar el urbanismo y la movilidad de Gijón en una liga superior y que, aunque oficialmente se llame proyecto de integración del ferrocarril en la ciudad de Gijón, todos los gijoneses conocen como plan de vías. Un plan que se extiende de oeste a este a través del ambicioso proyecto de metrotrén adelantado por el entonces ministro del PP Francisco Álvarez-Cascos en 2000 y que, por el momento, ha quedado en túnel vacío sin futuro a corto plazo.

Ahora la prioridad de todos -vecinos y políticos- se ha colocado en dotar a Gijón de una estación. Sobre la mesa una nueva ubicación y muchas incógnitas sobre su diseño, el servicio de los diferentes operadores ferroviarios y la recomposición de los bloques de viviendas a ubicar en la zona para conseguir de su venta el dinero para pagar la operación.

El proyecto pactado por Fomento en Madrid y el gobierno municipal -uno controlado por el PP por lo menos hasta el 20 de diciembre y otro por su nuevo socio electoral, Foro Asturias- habla de colocar la estación intermodal en el entorno del Museo del Ferrocarril, con vías soterradas desde la trasera del Palacio de Justicia de La Bohemia, un coste de unos 422 millones y final de obra en el año 2019. Queda mucho todavía por perfilar a partir de ese punto y para ello hay una reunión prevista a principios del próximo mes. Todos quieren adelantar decisiones en el consejo de Gijón al Nortes antes de que los ciudadanos tengan que emitir su voto en las urnas.

Hay quien no le ve mucho futuro al plan de vías. Desde luego, lo que sí tiene es mucho pasado. Fomento, Principado y Ayuntamiento dieron vida en noviembre de 2002 a la sociedad Gijón al Norte como instrumento para hacer realidad un plan que, por entonces, ubicaba la estación intermodal en El Humedal. El espacio donde ya estaba una de las dos estaciones que tenía en ese momento Gijón y que para hacer hueco a sus futuras herederas fueron derribadas en los últimos años. Ahora hay un solar en obras para acondicionarse como parque donde estaban los apeaderos más céntricos y un aparcamiento en la estación pensada para el largo recorrido y que llevaba el nombre de Jovellanos.

Un cambio en el trazado del túnel del metrotrén aprobado durante los gobiernos nacionales del PSOE convirtió en papel mojado la idea inicial de estación de El Humedal. A partir de la aprobación definitiva del estudio informativo de la supresión de la barrera ferroviaria de Gijón de noviembre de 2006 la estación pasó a ubicarse en Moreda. La idea era una estación de largo recorrido y cercanías en superficie con estación de autobuses también en superficie, otro operador de cercanías soterrado en conexión con el túnel y todo ello cubierto por una prolongación del parque de Moreda. Unos 430 millones. Líderes actuales del PSOE aseguran que en los cajones de Fomento hay una versión jibarizada de aquel proyecto que bajaría su coste unos cien millones

De la estación de Moreda hay un proyecto con la firma del arquitecto Jerónimo Junquera, quien también se encargó de diseñar una doble operación residencial con bloques bajos en el entorno del Humedal y grandes torres en la avenida de Juan Carlos I. Toda esta es la operación que, ante la indignación del gobierno socialista del Principado, se quiere finiquitar ahora para iniciar un proyecto totalmente distinto en el entorno del Museo del Ferrocarril. El cambio surge de una iniciativa del gobierno local de Carmen Moriyón que entiende que se debe recuperar la centralidad en la gran estación gijonesa. Eso sí, la idea inicial de Moriyón era mucho más ambiciosa en cuanto al soterramiento y tenía un coste de 578 millones. Fomento no lo vio.

A lo largo de los últimos años los esfuerzos de Fomento se han centrado en ejecutar la obra civil del túnel entre el Humedal y Viesques, con un coste de 137 millones, y Gijón al Norte se hizo cargo, con un coste de casi 30 millones, de demoler las estaciones existentes, poner en marcha la estación provisional -y única en la actualidad- en Sanz Crespo y hacer actuaciones en los ámbitos ferroviarios de La Calzada y Tremañes. Ahora tiene entre manos también adecuar el terreno libre de vías y estaciones y ponerlo a la venta.

El Ayuntamiento no está libre de cargas. A las que le toca como socio de Gijón al Norte suma las propias. Desde la tramitación de los planes urbanísticas a, en este último caso, pagar de su dinero el desvío de los colectores en la zona a ocupar por la nueva estación. Así ha sido el baile de las estaciones de un Gijón sin estación.

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