Si Cuca Alonso hubiera escrito su quinta novela en inglés, "automáticamente se hubiera convertido en un best-seller". La catedrática Socorro Suárez Lafuente lo tiene claro: la escritora y articulista de LA NUEVA ESPAÑA cumple en sus obras la máxima del éxito en los países anglosajones con sus novelas de época. Y aun en español, Cuca Alonso vivió ayer en la presentación de su último trabajo, "La ruta de los palomares", momentos de verdadero éxito, tanto en el nivel de convocatoria como en el entusiasmo de sus seguidores, que no dudaron en hacer cola para obtener una dedicatoria en sus ejemplares.
Teje Cuca Alonso en su última obra con su personal estilo la historia de una mujer luchadora, que planta cara a su destino, que, en un fiel reflejo de su persona, toma el toro por los cuernos y se ponen el mundo por montera, acompañada de otros personajes femeninos que van adquiriendo relevancia. Y por eso ayer la autora se rodeó de figuras femeninas de relevancia para dar a conocer al público su creación. La exalcaldesa socialista de Gijón, Paz Fernández Felgueroso, y la catedrática de filología inglesa Socorro Suárez Lafuente ejercieron de maestras de ceremonias para la puesta de largo de una novela que "merece la pena leer y disfrutar".
Como relató Fernández Felgueroso, "compañera de pupitre" de Cuca Alonso, "la obra relata las dificultades a que se enfrentaron las mujeres del siglo XVIII para formarse y tener una profesión, unas dificultades que han llegado hasta la primera mitad del siglo XIX". Lo hace con una historia de superación, la de la noble Constanza Galíndez de Alvear, una mujer joven "de fortuna y afortunada" que supo labrarse un futuro con el fruto de sus propios esfuerzos. La cocina aparece en la novela como tabla de salvación y como hilo conductor de una heroína que supo sobreponerse a las dificultades, y que con su ejemplo "también sirvió para mejorar la vida de las mujeres que la rodeaban", relató Suárez Lafuente.
Conventos, mesones, monasterios, roperías, casonas y palomares pueblan un viaje físico e intelectual que emprende la joven Constanza, que ha de llevarla de Murias de Paredes a Salamanca para, finalmente, culminar en un final feliz en el que "a las buenas personas les va bien, y los malvados obtienen su merecido".
Otro ingrediente más para leer la novela "con la satisfacción de haber seguido paso a paso una buena vida, que supo aprovechar muy bien todas las oportunidades que se le presentaron". Todo ello arropado por una minuciosa recreación histórica que, como la propia autora confesó, le llevó un buen tiempo de investigación, empezando por la traducción de las medidas de la época, en leguas, y hasta la organización de la milicia en la época.
Un siglo, el XVIII, que para Cuca Alonso, estudiosa y admiradora de Jovellanos, supone una época fascinante que abre las puertas a la modernidad. Fruto de un trabajo exhaustivo de documentación ve ahora la luz una novela "divertida, de prosa muy plástica, de fácil lectura, para saborearla". Porque la obra se teje sobre un tapiz musical, sonoro y sabroso, plagado de recetas de la época. Y por encima de todo, es una novela "muy informativa", en la que ha ejercido de editor el hijo mayor de Cuca Alonso, Manuel Vega-Arango, quien resaltó lo "muy bien ambientada que está la novela".
Cuca Alonso propone un modelo de mujer fuerte, independiente, que se enfrenta a la vida con decisión que, como apuntó Suárez Lafuente, "se va convirtiendo paulatinamente en el sujeto de todos sus verbos". "Ahora sólo falta que la disfruten", apuntó ante un auditorio en el que se contaron, entre otros, Vicente Álvarez Areces, Rafael Felgueroso, manuel del Castillo o Teresa Sánchez.
