El día de la ilusión. El décimo de los sueños y las grandes esperanzas. El Sorteo Extraordinario de Navidad es uno de más populares que se celebran en España. Cada 22 de diciembre son muchos los que siguen con atención su desarrollo, confiados en que, ese año, la suerte se ponga de su parte. El sorteo generalmente se celebra en el salón de sorteos de Loterías y Apuestas del Estado, en Madrid, y el premio máximo recibe el nombre de el "Gordo".

Casi 200 años, varias guerras devastadoras, unas cuantas crisis económicas, cambios de moneda, repúblicas, monarquías, dictaduras, democracias, todo ha superado la Lotería de Navidad desde que comenzara a celebrarse en 1812, en plena Guerra de Independencia. Según su impulsor, el ministro del Consejo y Cámara de Indias, Ciriaco González Carvajal, el objetivo era «aumentar los ingresos del erario público sin quebranto de los contribuyentes». El primer sorteo se celebró el 18 de diciembre de 1812, y el primer "Gordo", de 8.000 pesos, fue para el número 03604. Entonces el precio del billete era de 40 reales. Recibió el nombre de "Lotería Moderna", para diferenciarla de la "Lotería Primitiva" iniciada por el Marqués de Esquilache -traído a España por el rey Carlos III, implantó este juego con carácter benéfico para ayudar a hospitales y a otras obras caritativas-. España sufría entonces una de las peores crisis de su historia contemporánea: las hambrunas de 1808 y 1812, unido a los enfrentamientos con los franceses y las epidemias, produjeron a lo largo de la guerra unas pérdidas económicas gigantescas y un descenso demográfico de entre 560.000 y 885.000 habitantes, en una población que apenas superaba los 10 millones. El sorteo de Navidad siguió creciendo con la expulsión de los franceses del territorio nacional, primero se repartió por Andalucía hasta que, finalmente, en 1814 se instaló en Madrid, donde sigue actualmente. Durante los primeros años este sorteo no adquirió el título de Lotería de Navidad, ya que hubo que esperar al 23 de diciembre de 1892 para que se conociese como Sorteo de Navidad, en sustitución a la leyenda de "Prósperos de Premios" que llevaba hasta el momento. Hubo que esperar cinco años más, hasta 1897, para que esta denominación fuese impresa en los billetes. A pesar de pasar por crisis políticas y económicas, los españoles acudían cada año mas a la llamada de la Lotería de Navidad, buscando ser alguno de los agraciados por el gordo de Navidad, o por alguno de los numerosos premios que se reparten. Incluso durante la Guerra Civil, el sorteo de Navidad no dejó de repartir premios. Al quedar España dividida en dos (republicanos y nacionales) se celebraron dos sorteos distintos. Desde el primer sorteo, fueron los niños del Colegio San Ildefonso de Madrid los encargados de cantar los números, que, hasta 1913, estaban impresos en papeles. A partir de esta fecha, se implantó el sistema de bombos y bolas de madera que se sigue utilizando hoy.

En apenas tres semanas, los millones de la ilusión llegarán a muchos hogares. Suerte.