Andrés López del Amo es podólogo y fisioterapeuta, además de profesor del máster de Podología Deportiva de la Universidad Católica de Valencia. Acostumbrado a tratar con lesiones de deportistas, alerta sobre la importancia de acudir al profesional del pie para prevenir lesiones, y recuerda que correr no es tan sencillo como parece a simple vista. Ayer participó en Gijón en las VI Jornadas de Podología del Principado de Asturias, organizadas por el Colegio Profesional para debatir sobre las últimas técnicas y las recomendaciones a los potenciales usuarios de sus servicios. Además de charlas se celebran varios talleres prácticos.
-¿Qué importancia tienen los estiramientos?
-Siempre se ha dicho que hay que estirar antes y después de hacer deporte, y últimamente los estudios científicos han demostrado que realmente estirar no previene lesiones. Incluso podemos decir que estirar de una forma estática podría agravar una lesión o incluso podría hacer que aumentara la probabilidad de sufrir una lesión.
-¿Qué hay que hacer entonces?
-Hay muchos tipos de estiramientos. Los que siempre se han recomendado son los estáticos, en los que uno está parado y elonga el músculo a su máxima tensión. Pero hay otro tipo de estiramientos dinámicos que son con movimiento, y esos son los estiramientos correctos que se debe hacer antes de una competición para favorecer el rendimiento muscular y la activación neuronal correcta, para que cuando se realice el ejercicio no haya una probabilidad de lesión.
-¿Hay desconocimiento entre toda la gente que se ha animado últimamente a correr?
-Muchísimo. Este "boom" que ha habido ahora le ha venido bien a la podología porque la gente se ha dado cuenta de la importancia del pie no sólo a nivel deportivo sino en el día a día. Es importante un buen pie como base para una buena salud y una buena calidad de vida porque te permite moverte de un lado a otro sin lesiones. Es verdad que la gente que está haciendo running viene a nuestra consulta para pedirnos que le hagamos antes de empezar a correr un estudio para saber cómo tienen la pisada para evitar lesiones. Y si la tienen mal, para saber qué pueden hacer. Poco a poco la gente va teniendo más cultura de la importancia del podólogo.
-¿Y a nivel preventivo? La gente en su día a día sigue acudiendo al podólogo cuando tiene un problema.
-Sería muy bueno que pasara como en la odontología. Normalmente vamos al dentista a hacer una revisión anual, mientras que en nuestro caso la gente va al podólogo cuando ya tiene una lesión, y a partir de ahí ya es más complicado, porque si podemos prevenir antes una dolencia es mucho mejor. Pero entendemos que es una profesión joven, con menos rodaje que otras, y esperamos que poco a poco se vaya inculcando entre la gente la importancia de la salud del pie.
-¿Es difícil tratar los problemas del pie una vez que se detectan?
-Se puede corregir cualquier problema, pero hay que ver en qué fase se localiza: si es en fase aguda, subaguda, crónica. Cuando aparece en una fase crónica el paciente tiene que entender que no se puede solucionar todo con una plantilla. Las plantillas no hacen milagros, aunque sí que favorecen y mejoran mucho la mecánica de la forma de andar de una persona. Pero tenemos que saber en qué fase se encuentra cada dolencia para saber qué clase de tratamiento se puede aplicar. Aparte del tratamiento ortopodológico, ver qué tipo de tratamiento puede ayudar: frío, fisioterapia, preparación física...
-¿Cuáles son las lesiones más frecuentes que llegan a su consulta?
-Tendinopatías, fascitis plantar, fracturas de estrés, sobrecargas de cadera y columna... Cosas que, si no te haces un estudio previo para ver cómo se comporta el cuerpo, puede ser que pasen factura. No sólo es importante acudir al podólogo, también hay que tener una buena preparación física. Parece que correr es sólo ponerse las zapatillas y salir a la calle, pero necesitamos las indicaciones de un profesional que nos diga cómo tenemos que hacerlo.
-¿Cuáles son las últimas tendencias en tratamientos?
-Últimamente estamos trabajando mucho a nivel multidisciplinar, con fisioterapeutas, con médicos, con preparadores físicos... El que todo un equipo trabaje para un paciente, cada uno desde su punto de vista, favorece mucho el tratamiento de la lesión. Porque desde el punto de vista podológico a lo mejor estamos favoreciendo al paciente, corregimos cosas, pero nos falta una parte a la que no llegamos y que sí puede alcanzar otro profesional sanitario.
