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Un recorrido artístico por los espacios más castizos de la villa

Los lugares de un "tintiniano"

Manuel Iglesias reúne en el libro "Gijón ilustrado" más de cien dibujos que propone como singular guía de su ciudad natal

Él mismo se recuerda con el lápiz y la plumilla, cuando tenía doce o trece años de edad, dibujando cada cosa que veía en Viavélez. Ahí, en ese puerto pesquero del occidente asturiano donde tiene raíces familiares, descubrió un particular paraíso que fue modelando, quizás, su temperamento artístico: el gusto por el detalle, la línea clara y una cierta jovialidad en la mirada con la que lleva al papel o a la pantalla del ordenador cuanto ve o le sorprende, de Roma a Nueva York. Delineante de profesión y dibujante por vocación, Manuel Iglesias (1965) acaba de publicar "Gijón ilustrado", libro que recoge más de cien dibujos o ilustraciones de su ciudad natal. Es una insólita suma de castizos lugares de la villa que su autor, minucioso hasta el detalle, plantea como un particular recorrido o itinerario que sorprende por su frescura y por enlazar con las tradiciones ligadas a la ilustración gráfica.

"Es mi guía ilustrada de Gijón", afirma el artista, que presentará su trabajo pasado mañana, miércoles, en la Fundación Alvargonzález, en Cimavilla. La institución que preside Ramón Alvargonzález ha apoyado esta publicación que, como recuerda el historiador Héctor Blanco en la introducción que ha escrito para el libro, sorprendería, pero sin duda también agradaría, al grabador y litógrafo Nemesio Martínez Sierra. Éste dio a la estampa en 1884 una "Guía ilustrada de la Villa y Puerta de Gijón", una "hermana" de este volumen con el que Manuel Iglesias realiza ahora una aportación sustancial a esa línea artística doblemente ilustrada, tratándose de la ciudad de Jovellanos.

El dibujante se ha declarado en alguna ocasión como un "tintiniano" que escruta calles, personajes, edificios, establecimientos enraizados en la vida diaria gijonesa, con la misma precisión y gracia (no es fácil que esas dos facultades del intelecto y del alma se den la mano) que ponía Hergé en las aventuras de su más famoso personaje. "La verdad es que me ha llevado muchas horas", confiesa ahora su autor, reciente aún este su primera libro de ilustraciones. Ha publicado otro, pero de fotografía, otra de las pasiones que cultiva.

Las ilustraciones son de distintos tamaños, desde el detalle hasta la que ocupa una doble página. Manuel Iglesias ha elegido para la portada un dibujo de la plaza Seis de Agosto, con el Mercado del Sur y el Jovellanos en piedra encaramado a su pedestal. No es una elección ociosa. El artista se siente a gusto en esa doble tradición ilustrada. Ha querido que sus dibujos vayan acompañados de breves textos en los que ofrece datos e impresiones de interés.

"Es mi guía de lugares favoritos para compartir", insiste Manuel Iglesias. Éste confía en que sus gustos (ese recorrido que va del "Elogio del horizonte" a la Laboral, de las "Letronas" a la librería "Paradiso", del "Varsovia" a los populares merenderos gijoneses) coincidan con las de muchos de los amantes de una ciudad que, pese a sus desastres urbanísticos y modificaciones, sigue conservando una fisonomía propia.

"Manuel Iglesias tiene la virtud de ver, un gran don en un mundo en el que realmente se mira pero no se ve, cualidad que está acompañada por la capacidad de fijar sobre un papel lo que atrae su mirada", señala con acierto Héctor Blanco en esa introducción en la que une y reúne al autor de "Gijón ilustrado" con el de la "Guía ilustrada de la Villa y Puerta de Gijón", obra recuperada en 1980, cuando la fotografía y la evolución de las artes gráficas, tal y como señala el historiador, habían dejado arrinconadas las felices tradiciones de la ilustración. Este libro es también, en este sentido, una apuesta.

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