A los pies de la imagen de María Inmaculada, en el jardín del colegio de los jesuitas, figuran los nombres de toda la promoción de estudiantes que cursaban Bachillerato en 1990, año del centenario del centro gijonés. Con ese referente, y con toda la tradición que han tenido siempre los jesuitas de reforzar su sentimiento de pertenencia con la identificación de promociones y celebración de cuantos festejos en grupo se les ocurren, la Asociación de Padres de Alumnos "María Inmaculada" ha configurado su regalo de cumpleaños, ahora que el centro está inmerso en el 125.º aniversario de su presencia en Gijón.

Ese regalo se descubrirá hoy y está preñado de nombres y apellidos gijoneses. Tantos como 1.400. Son dos placas, de 2,40 metros de largo por 1,40 metros de ancho, que contiene los datos personales de los 1.215 estudiantes de entre 2 y 18 años que este año de aniversario forman parte de la comunidad escolar del colegio de la Inmaculada. A esos nombres se suman los de los jesuitas de la comunidad, el personal docente y el no docente que también son santo y seña del centro gijonés.

Las placas están colocadas a la entradas de las actuales salas de visitas y "en las paredes que antiguamente se colocaban las dignidades colegiales, que tenían nombres tan expresivos como brigadier, regulador, edil de clase, edil de juegos, edil de estudio, edil de gimnasia, edil de música, edil de dibujo, bibliotecario etc..." cuentan desde el APA. Un lugar, añaden, que "años después fue donde se recogían los nombres de aquellos alumnos que por su expediente o comportamientos eran destacados en los diferentes cursos".

Luis Antuña, vicepresidente del APA, entidad que preside Ignacio Friera Acebal, relata que con la colocación de las placas -cuyo descubrimiento tendrá lugar hoy, a las 21.00 horas, tras la misa de fiesta en honor a la patrona del colegio y la bendición del belén monumental- "hemos querido contribuir a mantener entre los muros del centro la tradición de conservar los nombres y apellidos de las personas que han cursado sus estudios en el colegio. Serán un recuerdo para el Colegio, para los propios alumnos y para sus familias". Y es, qué duda cabe, el mejor regalo de aniversario que se les podía ocurrir a los miembros de la Asociación de Padres. "Queríamos colaborar de alguna forma en el aniversario y desde el principio vimos claro que perpetuar los nombres de los alumnos que este año están en el centro era una buena forma". Con el tiempo, a la identificación de escolares se sumó también la del resto de profesores, jesuitas y personal no docente que aporta cada día para que el centro tenga un buen día escolar. Y así llegaron a los casi 1.400 nombres que ya tienen su placa a punto de descubrirse.