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El último adiós a un referente del socialismo gijonés

El tiempo en que él era el PSOE

Para hacer un Felipe González hicieron falta "Marcelos"

Marcelo, a la izquierda, con otro histórico de la resistencia al franquismo, Manuel García González, "Otones".

Para bastante gente, hubo un tiempo en que Marcelo García era el PSOE. Otro tiempo. Ahora no hay manera de encontrar en Pedro Sánchez un sólo rasgo de este hombre de cuerpo y ojos pequeños, cabeza redonda y bigotón. Marcelo era una forma de ser PSOE que empezó con su afiliación en 1958 y vivió sus grandes días en la clandestinidad pero que, a la altura de 1980 ya había sido desplazado del sindicalismo de UGT por José Ángel Fernández Villa y en 1991 ya había dejado de ser concejal del PSOE, siendo Vicente Alvarez Areces alcalde.

(Marcelo animó a Villa a entrar en el PSOE y defendió a Areces como solución ante José Manuel Palacio, quien tenía un cajón para guardar las ideas que le entregaba su concejal de ecología). Ser concejal fue su cima como electo. En pago a los servicios prestados, mereció un par de medallas de plata, la presidencia honorífica del PSOE de Gijón y cerrar la lista municipal cada 4 años.

Era un socialista hecho con la masa madre del primer alcalde rojo de San Martín del Rey Aurelio y doce socialistas y comunistas por parte de padre. Creció huérfano de madre (murió de forma natural durante la revolución de 1934) y su padre estuvo ocupado en la revolución, la guerra, la cárcel, la huida de la masacre de Funeres y el exilio hasta su muerte por silicosis. Marcelo también fue amasado por policías en la última sesión de tortura de un socialista después de la muerte de Franco.

Se formó de manera accidentada: dejó de estudiar en tercero de primaria para entrar en el pozo Sotón, acabó el bachiller elemental formándose en la academia de Fanjul en El Entrego y el peritaje mercantil en Oviedo cuando trabajaba en La Camocha. En su vida socialista tuvo muy malas y muy buenas compañías. Por un lado, Recaredo, el jefe de la brigada político-social. Por el otro, todo el Gijón político, social y cultural de la academia de Rúa y el grupo Gesto.

Hubo un tiempo en que para hacer un Felipe González eran necesarios algunos Marcelos García con todo el socialismo que tenían dentro. El marxista Marcelo García apoyó a Felipe González y Alfonso Guerra para que se hicieran con el mando del PSOE y el marxista Marcelo García defendió al socialdemócrata Felipe González en el gobierno como "moderador de posiciones" y al Alfonso Guerra como un hermano engañado por un tramposo.

Parecería justo que alguien con una vida marcada por el socialismo hubiera dejado marca en otros. Sería hermoso que si Felipe González sientiese un pinchazo en el riñón en uno de esos consejos de administración que le aburren, no se debiera a un arenisca sino a una pequeña sedimentación de Marcelo García.

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