Tras tres años y medio haciendo acopio de fotografías, repaso de hemerotecas, historias y sueños traslatlánticos hoy ve la luz la recopilación de la obra de Florentino Fernández, Frank (La Helguera, Morcín, 1887).

Será la hija del pionero fotógrafo asturiano, Mari Luz Fernández, coordinadora de la obra "Fotografías de Frank, 1887-1970", quien presentará esta tarde el libro y la exposición con 25 de esas imágenes, en la Fundación Alvargonzález, a las 19.30. "Los trabajos de mi padre ya los conocía pero ha sido emocionante recuperarlos. Me costó dar el paso pero, afortunadamente, me puse a investigar y espero que el resultado satisfaga a todos", dice Mari Luz Fernández. que espera no "emocionarme mucho".

La obra repasa la prolífica vida de Frank en dos continentes. La historia comienza en América, con su llegada en 1903. Se instala cinco años más tarde en Kansas City, luego en Saint Louis. Allí conoció a un hombre de origen alemán, Jacob Hass, que lo adoptó como pupilo y colaborador. Con él adquiere y afianza conocimientos en fotografía que le convierten en referente a su llegada a Asturias. El regreso ocurre en 1915. Ahí comienza la segunda parte de su obra que se relata en el libro. "La mayor parte de la obra fotográfica sucede en Mieres, donde pasó 50 años", apunta la hija. No obstante Gijón (donde estableció su primer estudio, en la calle Corrida), Oviedo y Sama son otros escenarios habituales que se encuentran en sus fotografías. Una obra que incluye imágenes de la Revolución de 1934 con el asalto al Banco Gijón incluido.

Las dos imágenes que acompañan estas letras representan sendas vidas. Sus vivencias en España y en EEUU. Por un lado la fotografía de 1930, en Mieres, con los vecinos bailando la danza prima, en el patio de las escuelas del Grupo Aniceto Sela, en honor a Ramón Menéndez Pidal. Al lado, un retrato de Frank, sentado en su estudio de Saint Louis de Missouri, en la década de 1910, y recuperado por unos familiares.

Cuando regresó de EE UU nunca más se supo de Florentino en Asturias. En cambio, el pseudónimo Frank, inició la creación de un legado fotográfico para la historia.