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El área registró en septiembre un total de 530.000 fármacos prescritos

"Quizá al principio pudo haber un poco de despiste, como en todo lo nuevo que comienza, pero siendo realistas la implantación de la receta electrónica ha sido conveniente para todos. No podemos hacer más que una valoración positiva. Para algo tenían que servir las nuevas tecnologías", sostiene Constantino Hevia, portavoz de la comisión de salud de la Federación de Asociaciones de Vecinos de la zona urbana de Gijón. Hevia reconoce que "yo mismo, que soy crónico por mi enfermedad de diabetes, he reducido la cantidad de veces que ibas al centro de salud sólo para las recetas de insulina. Eso son rutinas que te ahorras, no tienes que hacer cola sólo para la receta. Ya quisiéramos todos que las cuestiones relativas a la sanidad fueran como las recetas electrónicas. Los problemas están en otra parte". El portavoz de la FAV, además, destaca la labor de colaboración fundamental que han tenido las farmacias. "Su papel ha sido fundamental en este proceso", sostiene.

Por otra parte, de las cifras de prescripción que se manejan en el área, no parece ni siquiera que el nuevo modelo de receta haya tenido influencia ni para aumentar ni para reducir signifcativamente el consumo de fármacos, más allá de la tendencia correspondiente a unos años de crisis económica y cambios en el sistema de pago por fármacos. En septiembre Gijón tuvo casi 530.000 emisiones de recetas, una cifra semejante a la de hace dos años. En ese volumen están incluidas las recetas que necesitan visado, y que siguen excluidas de los beneficios del sistema electrónico. La Consejería está llevando a cabo un ensayo en el área III -correspondiente a Avilés- para incorporar los fármacos con visado al sistema general.

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