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El malabarista mundial de Gijón

Iñaki Fernández Sastre, que logró hacer de los malabares su vida, forma parte del equipo docente del National Centre for Circus Arts de Londres

A la izquierda, Sastre, actuando con el "Gandini Juggling". PHILIP CHAUMANET

Con mazas, aros y manzanas el gijonés Iñaki Fernández Sastre ha hecho del malabarismo su modo de vida. Un modo de vida que le ha llevado a traspasar fronteras y le ha dado un nombre internacional. Afincado en Reino Unido, donde desarrolla su exitosa carrera, Iñaki Sastre -como se le conoce en el mundo artístico- ha pasado unos días en Gijón entre familia gracias a la escala que su compañía,"Gandini Juggling", hizo en el teatro Jovellanos la pasada semana. Era la primera vez que el coliseo municipal acogía a esta prestigiosa compañía, y lo hizo con buena entrada y constatando, como indica Sastre, que "las cosas nuevas e innovadoras también atraen a todos los públicos".

Sastre lleva en el mundo de los malabares casi desde siempre. Porque el gijonés del 76, nacido en la zona centro de la ciudad y formado como trabajador social siempre tuvo claro que "era una afición que me atraía, y desde los 16 o 17 años he practicado con pelotas, con el diábolo... viajando mucho y aprendiendo de otros profesionales en ferias y encuentros", relata.

Su formación ha sido esencialmente autodidacta, y su estilo "más bien clásico, aunque siempre estamos investigando para introducir innovaciones en este campo". Finalizados sus estudios decidió tomarse un año para profundizar en el mundo del malabar, con visitas a países como Alemania, Italia o Portugal donde "se imparte muchos talleres y se comparten conocimientos". Siempre con los ojos bien abiertos y con muchas horas de práctica la afición ha acabado convirtiéndose en un modo de vida.

En los primeros tiempos el gijonés trabajó con "Bufonada", "Nun Tris" y hasta mercados medievales, antes de dar el salto definitivo a Londres en el año 2000. "Tenía amigos que se iban a Inglaterra y me apeteció profundizar más, planteándome si ir a escuelas de circo", recuerda.

A la larga fue una decisión de lo más acertada, porque Iñaki Sastre es ahora profesor del National Centre for Circus Arts, una prestigiosa escuela de circo en Londres que imparte cursos de tres años de duración, equiparables a estudios de grado, con una media de 25 alumnos nuevos cada curso. Buena prueba de que el circo es una disciplina "cada vez más en auge, con buenos circuitos de programación y muchos festivales de verano".

Él se encarga de la clases de malabares, y desde hace 12 años también es un fijo del "Gandini Juggling". Una compañía que nació en 1992 de la mano del famoso malabarista Sean Gandini y la campeona de gimnasia rítmica Kati Yla-Hokkala, y que se situó desde sus inicios en la vanguardia del circo contemporáneo, reinventando y revitalizando el arte de los malabares para el siglo XXI. Formando parte de su elenco Sastre ha recorrido casi todo el mundo colaborando en la presentación de espectáculos en los que la innovación y la investigación siempre están presentes para "conseguir trucos nuevos, combinaciones y efectos visuales novedosos".

Un trabajo arduo que para el gijonés resulta "un placer", porque "me gusta practicar, aprender todos los días y disfrutar de un estilo de vida, salir al escenario, actuar y viajar". Y de paso, arrancar sonrisas y aplausos a público de todas las edades y condiciones.

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