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A la Navidad le menguan las postales

Comerciantes locales han visto caer más de un 50% la venta de christmas, tradición que sólo resiste entre los mayores

Alejandra Fernández, a punto de enviar por correo una postal de Navidad. DAVID MOURIZ

La historia de las postales de Navidad se acerca a su fin. Los tradicionales christmas que inundaban de buenos deseos los hogares de familiares y amigos, e incluso servían de decoración del árbol, comenzaron el declive al tiempo que las nuevas tecnologías facilitaban el envío de parabienes, en cadena, tan sólo con pulsar una tecla de ordenador a todos los contactos digitales de una cuenta de correo. Es la crónica de una muerte anunciada. Ya son pocos los que escriben unas sentidas palabras de confraternidad. Al menos de puño y letra.

Varias generaciones de libreros son fieles testigo del declive. "Sólo vienen personas mayores, y aquellos que han recibido algún christmas y quieren corresponder, pero ahora hemos reducido a la mitad el consumo", indica Elena Lerma, propietaria de la librería "Atenea". Coincide en la descripción del escenario con su colega José Antonio Muiña, de "Corocotta". "Incide la crisis y también el cambio de comportamiento de la gente. Notas una predominancia de la gente mayor y una demanda del christmas religioso", sostiene. "Va con la mentalidad de cada uno y los jóvenes lo tienen descartado. De cincuenta años en adelante y de treinta para abajo son dos mundos totalmente distintos", resuelve Muiña.

Los comerciantes, tal como recuerdan, tenían en las empresas a sus principales compradores. Lerma aún recuerda las cifras: "en los años de mayor esplendor alcanzamos los doscientos paquetes de postales vendidos, a razón de diez postales cada uno. Ahora estamos en torno a ochenta, menos de la mitad", recalca. En cuestión de particulares la sangría es aún mayor. De las 500 postales de antaño a menos de 250. "Hay gente que te dice que no las compra porque envían un correo electrónico. Es más frío y despersonalizado", lamenta la propietaria de librería "Atenea".

Los comerciantes apelan al sentimiento para su resurgir. "Abrir el buzón de correo y ver sólo cartas del banco es penoso. La felicitación de un amigo la conservas, la de gente que ya no vive, que te deja cada año pero que sigues con el recuerdo de sus mensajes, de su escritura, de su firma", sostiene Elena Lerma que también ve la actual situación como un síntoma del descenso de lectura en los niños.

El contrapunto a esa visión decadente la ponen los comerciantes más nuevos del sector. "He notado aumento en la venta. Quizás porque la tienda se da a conocer cuanto más pasa el tiempo. Estas fiestas compramos el triple de postales que el año pasado y espero agotarlas", revela Ana Salinas, de "Cartaria".

Pero si alguien sabe de caída de un tradición que les resolvía las cuentas anuales, esos son los colaboradores asturianos de Unicef. Desde 1950 una gran parte de postales navideñas llevaban la firma de esta entidad solidaria. Hasta los años noventa el 50% de los ingresos de la ONG provenían de lo que se recaudaba con estas misivas. Y Gijón no era una excepción. Hasta que la tecnología móvil y la universalización de internet comenzaron a hacer mella. Al punto de que hace dos años lo recaudado pasó a rondar sólo el 5% de su cuenta de resultados. "Unicef España llegó a estar entre los cinco primeros países con mayor venta de postales navideñas", avalan desde la ONG. La realidad se impuso y ahora el servicio se ha externalizado; la venta ya no depende directamente de la entidad, ni siquiera venden postales en sus sedes, aunque sí se pueden adquirir por circuitos de comercialización privados, yendo una parte de la recaudación a Unicef y otra a los que siguen con la promoción.

Otra visión de la que pasa con los christmas la tienen en Correos. Portavoces de la empresa en Asturias sostienen que los envíos que entran por sus buzones estas semanas suponen un crecimiento del 40% con respecto al resto de meses del año. Una cifra que hace años seguro se multiplicaba por mucho. Conscientes del peso de las nuevas tecnologías el operador de servicio postal y paquetería no quiere quedarse estancado. A los christmas online que se pueden diseñar a través de su web desde hace años se han sumado ahora novedades. Correos ha lanzado este 2015 la aplicación "Mi Post@l" que convierte cualquier imagen realizada a través del teléfono móvil o tablet en una tarjeta navideña con opción de texto y sobre. En ambos casos llega al destino tradicional: el buzón de un particular. Si llega con o sin sobre, eso lo decide el remitente. Y todo por seguir promocinando el recuerdo postal.

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