En los centros de salud del área V hay un colectivo de médicos que se autodenominan los "chicos para todo". Son los eventuales, que están para cubrir imprevistos, acúmulos de tarea o nuevas necesidades del servicio. Lo mismo atienden las consultas de adultos, que la pediatría, que hacen las guardias en servicios de urgencias o se integran al equipo de paliativos. Su disposición, reseñan, es de 24 horas los 365 días al año. "Cubrimos cualquier descubierto en Primaria y sabemos que las incidencias son incidencias; pero pedimos algo de respeto con nuestro trabajo, por nuestra vida, y eso implica que las cosas que se pueda se deberían planificar mejor, de acuerdo a la necesidad real del área", sostienen los portavoces de este colectivo.

Reclaman un cambio en la gestión de los contratos del personal eventual que se está haciendo en el área, y así se lo han transmitido al nuevo gerente, Miguel Rodríguez, con quien volverán a tener una segunda reunión en pocos días. Les avalan los datos que evidencian que "algo se está haciendo mal". Del total de eventuales de Primaria del área, que pueden ser unos 30, hay unos 5 o 6 contratos que se están prorrogando de año en año. El resto, explican, están sometidos a minicontratos que se suceden. A estas alturas del año, igual que ya ocurrió en 2014, hay más de 20 profesionales que van a superar en 200 o 250 horas la jornada oficial de trabajo del Sespa, de 1.650 horas. Incluso alguno de esos que ya va pasado de jornada ha estado algún día suelto en el paro. "El 90% de nuestra plantilla trabaja por encima de la jornada oficial que el Sespa marca para sus trabajadores", ratifican.

Algunos llevan así, encadenando sustituciones sin poder planificar demasiado su vida, desde 2009. O sea, que están sometidos a una precariedad e indefinición laboral muy alta, "cuando en realidad vemos que hay incidencias que no lo son tanto, que son previsibles, por eso somos tantos los que trabajamos el año completo aunque a base de minicontratos. Falta un esfuerzo para programar mejor. Así tendríamos más estabilidad, dentro siempre de lo que es la eventualidad", dicen. Además de la factura personal -"la conciliación se nos hace imposible; yo tuve que darme de baja en la bolsa de empleo para poder casarme e irme de luna de mil sin miedo a que me penalizaran por no acudir a una llamada del Sespa", cuenta una afectada- aseguran que no es bueno para el clima general de trabajo. "En sanidad el ahorro está bien, pero debe ir compensado con la calidad del servicio y la calidad laboral.", reclaman.