El área de Seguridad Ciudadana y Tráfico del Ayuntamiento de Gijón atribuye a un "retraso en las notificaciones" el aluvión de sanciones por exceso de velocidad que estos días se está registrando en la ciudad y que afectan a decenas de gijoneses acusados de circular por vías urbanas a más velocidad de los 50 kilómetros por hora que permite el reglamento. La demora en enviar las sanciones a los domicilios sería la causa, justifican fuentes municipales, de las largas colas que estos días se han formado en oficinas de Atención al ciudadano de toda la ciudad en las que se arremolinaban quienes debían identificar al conductor que iba al volante en el momento de la sanción.

Lo cierto es que a pesar de que desde el consistorio defienden que la reducción del margen de error en los radares fijos y móviles impuesta en septiembre por la Dirección General de Tráfico "estaba más que avisada", el cambio de legislación pilló a muchos conductores con el pie cambiado. La reducción hace que desde después del verano los cinemómetros fotografíen a los conductores que superen los 53 kilómetros por hora en el casco urbano (un 6 por ciento más de la velocidad permitida). Muchos de quienes acudían la pasada semana a la oficina de Atención al ciudadano de la Antigua Pescadería se mostraban, de hecho, muy sorprendidos por lo sucedido. "Me pilló a 55 kilómetros por hora y ni me había fijado", recalcó uno de los sancionados a las puertas de las instalaciones municipales.

El año pasado los radares fijos del Ayuntamiento de Gijón que se sitúan en nueve puntos distribuidos por el casco urbano controlaron a 251.684 vehículos. En total se impusieron casi 5.000 multas. Hace un mes la Policía Local incorporó además a los controles de velocidad la nueva pistola láser con capacidad para medir la velocidad de conductores que pasen a más de 600 metros de distancia.