Con un primero de enero que casi podría ser primero de septiembre, con cerca de 20 grados de temperatura máxima en las horas centrales del día de Año Nuevo, cientos de gijoneses se animaron ayer a salir a la calle para tachar con energía el primer día de un calendario que será de lo más deportivo.

Porque en 2016 Gijón es ciudad europea del deporte, y porque "no debe de haber en toda España una ciudad en la que la gente se anime más a salir a caminar, a correr y a hacer deporte", reflexionaba ayer Julio Mera, que aprovechó las primeras horas del 2016 para salir a practicar patinaje con sus dos hijos, Hugo y Rebeca, ambos jugadores de hockey en el Biesca gijonés. "Salimos muy a menudo, y hoy pensábamos que iba a haber menos gente para patinar con tranquilidad pero parece que ha salido todo el mundo", apuntaba la familia mientras cubría los primeros kilómetros del año.

Algo así pensó también el gijonés Norberto Carlos Álvarez, ciclista asiduo que llevaba ya un buen rato pedaleando al borde del mar. "Está lleno de gente, no parece Año Nuevo", indicaba en mitad del carril bici. Y eso que él sale de manera habitual, "siempre que puedo, porque el ciclismo me encanta y lo practico desde que iba a la escuela". No sólo como una forma de quemar los excesos navideños, sino "para sentirse mejor en general".

Con sol y temperaturas agradables, la mañana de ayer fue un constante ir y venir de gente deseosa de gastar energías, que siempre viene bien después de las comidas copiosas de los últimos días. "Está muy agradable y es lo que apetece", afirmaba Daniel Álvarez, gijonés asiduo al Muro y a las caminatas a pie de playa, acompañado ayer por esposa, hijo, padres y suegros recién llegados de la República Checa para pasar las fiestas en Asturias.

"Venimos mucho a caminar, es una ciudad con mucha afición", ratificaba Rufino Álvarez. No en vano, Daniel y su mujer, Jana Demlova, habían participado en la San Silvestre gijonesa horas antes, con su pequeño hijo David en el carrito de bebé. Una afición que se contagia de generación en generación para "mantenerse en forma, y eso que en la velada de Nochevieja no hubo muchos excesos", bromeaba la familia, que cenó "en casa, tranquilamente", con el objetivo de disfrutar el primer día del año con un plan saludable, con un buen paseo por la costa para "arrancar con energía" en los primeros compases del nuevo 2016.

Larga fue también la caminata que se apuntaron los hermanos Chema y Nito Camacho, pantalón corto y zapatilla deportiva para cubrir dos y tres horas de paseo respectivamente. "Nosotros ya no trasnochamos, más bien madrugamos para hacer un poco de deporte que nos viene mejor", se reían después de hacer varios kilómetros por el perímetro costero gijonés. En un día en el que, para ser el primero, "está lleno de gente en todas partes, parece que todo el mundo quiere hacer deporte el primer día".

En bici, patines y a pie, más jóvenes o más mayores, a más o menos velocidad, pero con un mismo fin: recibir al nuevo año de una manera lo más saludable posible.