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Un gijónes entre fogones de nivel

Adrián Rubio, de 20 años y estudiante de la Escuela de Hostelería, único asturiano seleccionado para el IV Premio "Promesas de la alta cocina" en Madrid

Adrián Rubio, en la cocina de la Escuela de Hostelería de Gijón. ÁNGEL GONZÁLEZ

Una lubina y unos mejillones pueden dar a un gijonés el pasaporte al estrellato de la alta cocina. Al menos en su categoría de promesas, porque el gijonés Adrián Rubio, de 20 años y estudiante de segundo curso de Cocina y Gastronomía en la Escuela de Hostelería de la ciudad acaba de ser seleccionado en el IV Premio "Promesas de la alta cocina" convocado por la escuela Le Cordon Bleu de Madrid. Será el único asturiano que compita en el certamen, uno de los más prestigiosos a nivel nacional para los chefs en ciernes.

Creado hace tres años, el concurso sólo admite a jóvenes hasta 22 años, tras un proceso de selección en el que el expediente y la recomendación de las diferentes escuelas del país, públicas y privadas, tiene mucho peso, tal y como explica la tutora y profesora de Cocina de Adrián Rubio, Eva Baides.

Porque en las dos últimas ediciones, con el mundo de los fogones de plena actualidad televisiva, han sido cientos los aspirantes a concursar en el premio de promesas, pero sólo 50 los elegidos. El gijonés entre ellos, entusiasmado con tener "una gran oportunidad" y después de haber probado fortuna en otras experiencias con un trasfondo de aprendizaje y diversión más que otra cosa, como sucedió con el certamen gijonés Arcochef, "al que me presenté en verano para pasar un buen rato y vivir una experiencia interesante".

Ahora la exigencia es mayor y se enfrenta a su primera gran prueba "seria". Porque lleva consigo el peso de representar a Asturias en una competición en la que estarán presentes 29 centros de enseñanza de 15 provincias. Para pasar a la siguiente fase "tengo que grabar un vídeo en la Escuela de cinco minutos en el que presente una receta, los ingredientes, la elaboración y el resultado final", explica Rubio.

Lleva ya varios días en pruebas, porque además de que el plato quede sabroso y apetecible en cámara, y que no se desperdicie materia prima "lleva un buen trabajo de edición para concentrarlo todo en poco tiempo, porque también tengo que explicar las razones por las que me presento al curso", señala.

Especialista en pescados, tendrá un tanto a su favor. Porque el plato deberá componerse de "lubina y mejillones con una guarnición", un campo que el joven cocinero maneja sin problemas. "Me veo con opciones", asegura Adrián Rubio. Y si las previsiones se cumplen, pasará a la siguiente fase, la final con diez participantes que deberán elaborar un plato en vivo y en directo en Madrid. "Con constancia y trabajo duro todo es posible", asegura el gijonés, cocinero de vocación que ya lleva varios días midiendo tiempos y ajustando medidas.

En cuanto finalice los estudios este curso, Adrián Rubio apunta alto. "Me gustaría trabajar como chef en un buen restaurante, o incluso abrir mi propio negocio", asegura. Antes, probará fortuna con un concurso que podría darle una beca para cursar un diploma valorado en más de 21.000 euros en Le Cordon Bleu en Madrid. Un paso más para llegar a ser una estrella.

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