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El hotel León, hecho cascotes

Concluyen los trabajos de demolición del interior del establecimiento, cerrado al público en 2014 y que está previsto que este año reabra como geriátrico

Restos del derribo del hotel. JUAN PLAZA

Del hotel León ya sólo quedan cascotes. El proceso de reconversión del establecimiento hotelero en geriátrico avanza a buen ritmo. Los operarios que se están encargando de los trabajos aseguran que la demolición de los interiores del mítico establecimiento de la avenida de la Costa está prácticamente finalizada. En breve comenzarán las obras de construcción del nuevo complejo residencial para mayores.

La idea de los impulsores de este proyecto -capitaneado por el Instituto Gerontológico Astur-, es tener el geriátrico listo para abrir sus puertas a lo largo de este año. Los promotores pretenden que cada una de las ocho plantas de las que constará el edificio sea "una residencia sociosanitaria en sí misma con comedor, salón y espacios para realizar terapias adaptadas". Por eso las obras de construcción "llevan su tiempo". "Hay que cumplir muchas normativas y muy diferentes para lo que se quiere hacer", explican los constructores encargados de las obras.

El futuro geriátrico contará con 141 plazas, la mayor parte de ellas en habitaciones individuales. Con este proyecto se da una nueva vida a un establecimiento hotelero que finalmente cerró sus puertas en el 2014, fue entonces cuando la empresa propietaria del negocio declaró un concurso de acreedores.

El geriátrico también supondrá una nueva oportunidad para los empleados del hotel León que se quedaron sin trabajo con el cierre del establecimiento. Los antiguos trabajadores, que protatonizaron un largo encierro en lucha por sus puestos de trabajo, comenzarán previsiblemente a ser recolocados a partir del próximo mes de febrero, conforme al acuerdo alcanzado en su día con el empresario, consistente en que les iría ofreciendo empleo a medida que concluyeran las ayudas de desempleo que están cobrando estos gijoneses. Sólo hubo una excepción, la de una trabajadora que no había generado paro y que fue contratada inmediatamente tras la venta del inmueble. Una segunda trabajadora, además, fue reclamada hace unas semanas para cubrir una baja de otra empleada del grupo empresarial.

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