Adoptar hace diez años era un proceso harto complicado, amén de largo. Hoy en día, una década después, sigue siendo tedioso y la paciencia sigue siendo un requisito imprescindible, pero las familias que deseen emprender este proceso cuentan con el respaldo de una entidad, Asturadop, que ayer celebró por todo lo alto sus primeros diez años de andadura.

Fue en diciembre de 2005 y también en Gijón cuando medio centenar de familias que se encontraban inmersas en sus respectivos procesos de adopción decidieron poner en común sus experiencias como forma de apoyo mutuo. "Nacimos con un espíritu reivindicativo, como enlace con las administraciones para agilizar los plazos y canalizar las dudas", indicaba ayer Ana Lamela, presidenta de la asociación, tras celebrar una comida de aniversario y la presentación de un libro escrito por ella y basado en las experiencias de las familias y los niños de la asociación, titulado "La estrella Nigeria y otros cuentos sobre adopción" . Las reivindicaciones "siguen siendo parecidas", reconoce Lamela, a pesar de que los tiempos de espera se han igualado entre adopciones nacionales e internacionales, con una media de 5 años. "Demasiado", recalca la presidenta, en un momento en el que el número de peticiones de adopción ha bajado de manera notable, "por la crisis y porque hay menos niños para adoptar, los países van endureciendo cada vez más sus requisitos". Mientras tanto, en Asturadop, con 110 socios, seguirán con su tarea para "informar y apoyar a todo el que lo necesite".