La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Jove reduce un 25% el sobrante de fármacos con un sistema de control de caducidades

El hospital implanta un método de alerta de los límites de consumo de medicinas que permite ahorros de 6.000 euros al año

Por la izquierda, Gina Cabo, Henar Losada, Jessica Roces y Marlén García, en el servicio de Farmacia. MARCOS LEÓN

El Hospital de Jove ha implantado un procedimiento de revisión de caducidades de medicamentos que no ha pasado desapercibido en el I Congreso Nacional de Técnicos en Farmacia y Parafarmacia. Y sin necesidad de ese reconocimiento del sector, sus promotores ya sabían que el método estaba aportando muchos beneficios. El primero, indudable, en la línea de extremar las medidas de seguridad del paciente, pero añadidos también otros económicos, de tiempo y de mejora del trabajo del equipo.

El procedimiento, que supone un marcaje más estricto y dirigido de los fármacos cuyas caducidades están próximas a vencer, ha supuesto en los tres años que lleva de implantación que se haya constatado una disminución superior al 25% en el número de medicamentos desperdiciados por caducidad en Jove. Y eso en coste no es baladí: el descenso medio en el número de fármacos retirados con la aplicación de la nueva sistemática es de 277 al semestre, lo que supone una disminución media en el gasto en medicamentos retirados de 2.865 euros al semestre.

Fue el servicio de Farmacia quien puso en marcha el nuevo procedimiento en 2013, y las técnicas auxiliares de enfermería del servicio, Regina Cabo, Jessica Roces y Henar Losada, y Jorge Álvarez, quienes han evaluado ahora el método para presentar sus conclusiones al congreso nacional. El sistema implantado supone modificar la forma tradicional de revisión de los medicamentos a punto de caducar distribuidos por el hospital. Un trabajo que antes recaía en la enfermería de cada unidad, que cada semestre debía revisar al completo su botiquín para retirar y enviar a Farmacia, para su descarte, todos los productos con caducidad en los siguientes seis meses.

Ahora el sistema de alerta depende directamente del servicio de Farmacia, que mensualmente envía listados personalizados a cada unidad con los fármacos que, según sus registros, están en su poder y próximos a no poder ser usados. Con esos listados, que generan mucha más seguridad en los profesionales y menos pérdida de tiempo en las búsquedas, las unidades devuelven a Farmacia las medicinas; allí, antes de descartar su uso los etiquetan con advertencias de caducidad inmediata y, si es posible -sobre todo en caso de altos costes- se intenta que otras unidades puedan darle salida inmediata.

El sistema permitió que de un descarte semestral de más de mil fármacos, asociados a un coste de 5.500 euros, se pasase a semestres de sólo 600 medicamentos retirados por valor de 1.500 euros. "Comprobar las caducidades de todo el botiquín en las plantas era un esfuerzo grande para enfermería, una pérdida de tiempo y pensamos que eso era muy mejorable; es importante romper a veces con la dinámica de 'siempre se hizo así'", explica Regina Cabo. Eso, por no incidir en la seguridad que aporta a todo el sistema que haya una "trazabilidad absoluta" de cada medicamento, desde su salida de Farmacia a su distribución explica la directora de Enfermería de Jove, Marlén García Mañana.

Por no incidir en lo fundamental: la seguridad del paciente. "Administrar un medicamento caducado es un efecto adverso que nadie quiere que ocurra. Y si ocurre no se asume como un fallo de una persona, es un fallo de todos, del sistema en general. Creemos que hemos incorporado un método con beneficios para todos", explican.

Compartir el artículo

stats