La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La crisis duplica los detenidos en Gijón por simular ser víctimas de delitos

La Policía arrestó el año pasado a 35 ciudadanos que acudieron a la Comisaría fingiendo robos o asaltos para cobrar una indemnización

Hace unos días la Policía Nacional detuvo en Gijón a un hombre de 46 años acusado de romper la ventanilla de su propio coche para fingir el robo de 3.000 euros. El arrestado, que ahora se enfrenta a una condena por simulación de delito, se presentó personalmente en la Comisaría diciendo que alguien había fracturado el cristal de su turismo. Le dijo a los agentes que el ladrón se había llevado una importante cantidad de dinero, pero su historia no tuvo largo recorrido. Poco después de que se iniciaran las investigaciones la Policía descubrió que en realidad había sido el propio denunciante el que había provocado los daños en su vehículo, previsiblemente con la intención de obtener un dinero extra gracias a un seguro.

Así se produjo el primer detenido este año por simulación de delito, pero la experiencia de los últimos meses hace suponer que no será el último. La Policía Nacional asegura que en los últimos años la crisis ha multiplicado el número de denuncias falsas.

Durante el 2015 los agentes detuvieron a 35 personas que habían denunciado delitos de los que en realidad nunca fueron víctimas. La estadística va al alza. En el ejercicio anterior se habían contabilizado 18 acusados por lo mismo. Hay casos de todo tipo -incluso quienes denuncian para evitar que un familiar directo se percate de la pérdida de dinero en el juego-, pero desde Comisaría aseguran que la mayor parte de las denuncias falsas parten de ciudadanos acuciados por necesidades económicas que ven en el cobro de las pólizas de seguros una salida fácil para obtener dinero rápido. Las aseguradoras, de hecho, ya dieron la voz de alarma a finales del año pasado.

Las compañías cifraron en 3.268 los fraudes detectados durante el ejercicio anterior en toda Asturias. En 2014 este tipo de estafas habían ascendido un 4 por ciento con respecto al año anterior. La rama del automóvil concentraba la mayor parte de las denuncias falsas.

Pero hay quienes van más allá. Algunos llegan incluso a señalar a un posible culpable de los hechos falsos que denuncian. En abril del año pasado dos jóvenes vecinas de la ciudad de 18 y 20 años se desplazaron a Comisaría simulando haber sido víctimas de un robo en el vestuario de un centro deportivo. En su relato, completamente inventado, las ahora arrestadas aportaron una descripción física de la posible autora del delito investigado. ¿El arma de la Policía contra este tipo de fraudes? La experiencia. No son pocas "las víctimas" que caen en contradicciones. En el caso de estas dos jóvenes, por ejemplo. Días después de interponer la denuncia las gijonesas se habían olvidado completamente de las características de la persona a la que habían señalado como presunta responsable del robo.

La Policía explica que la mayor parte de estas simulaciones tienen que ver con sustracciones de móviles, aparatos valorados en varios cientos de euros que se pueden revender fácilmente en internet.

Hace un mes la Audiencia Provincial confirmó, por ejemplo, la condena al pago de 1.440 euros a una gijonesa que había acudido a la Comisaría asegurando que un hombre le había robado el bolso con el método del tirón y que se había llevado su teléfono. En realidad la mujer se había dejado sus pertenencias olvidadas en un banco. Cuando fue a buscar el bolso el móvil no estaba.

Desde la Guardia Civil también tienen ejemplos de este tipo de actuaciones. El área de Tráfico de la Benemérita, por ejemplo, imputó la pasada semana a un vecino de la ciudad al que el radar situado en Somonte había pillado en tres ocasiones conduciendo a más velocidad de la permitida y que se inventó que no era él quién conducía el coche.

En este caso los agentes de la Comandancia de la Guardia Civil de Contrueces llegaron a pensar que se encontraban frente a un caso de "plagio" de matrícula. El acusado presentó incluso una factura con la que intentaba demostrar que en el momento de una de las sanciones estaba comiendo con su familia en un conocido restaurante de la zona centro. Nada más lejos de la realidad. La Benemérita asegura que lo único que pretendía el ahora detenido era evitar dos de las tres multas que le habían impuesto por conducir más rápido de lo debido. Ahora tiene las multas y más.

Compartir el artículo

stats