Si algo dejan claro Félix Ruiz y José Luis Pérez a quien entra por la puerta de su centro con un niño sobredotado intelectual es que no todas las soluciones están en la escuela. "Insistimos en el que papel de la familia es fundamental", comentan. Y en ese sentido admiran la capacidad de que ha tenido Apadac en estos años de convertirse en una agrupación "activa" con líneas para el refuerzo y el estímulo de los niños. Para la administración regional y el sistema educativo reservan, por contra, muchos tirones de orejas. "En esta cuestión se ha avanzado algo, pero es más cuestión de personas particulares, con nombres y apellidos, que están muy comprometidas con las altas capacidades en Asturias que de un trabajo bien armado por parte del sistema", coinciden. Por faltar, dicen, "falta hasta una definición de la alta capacidad que evitaría muchas discusiones, mucha disparidad de criterios entre un centro u otro, entre un orientador u otro...". A los políticos les cae el chorreo: "Me da pena que el talento no se cuide más; es algo general en esta Asturias nuestra, hay un abandono general del talento", acusa José Luis Pérez.Y como recado general a los centros educativos, ambos profesionales insisten en que "hay que desterrar la falsa creencia de que los niños de altas capacidades te van a dar un montón de trabajo en el aula, porque no es así".