El pasado domingo, día 24 de los corrientes, tenía lugar en el tanatorio gijonés el sepelio del compañero y amigo César Marino López, componente de los conjuntos Coro Asturiano Gijón y el de Voces Graves de La Camocha. En este caso cabe recordar unos versos de la canción de Alberto Cortez que dicen: "Cuando un amigo se va, queda un espacio vacío, que no lo puede llenar la llegada de otro amigo".

Reciban nuestra más sincera y triste condolencia su esposa Eva e hijo Daniel.