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SARDINA SIN BAUTIZAR | Cantante de ópera, protagonista y animadora del Antroxu 2016

"Que la gente deje salir el pescado que lleva dentro; en el Carnaval, animalización a tope"

"¿Cómo no voy a comadrear? No dejan entrar a hombres y las mujeres podemos bailar, enseñar un pecho o lo que sea"

La Sardina del Antroxu y su ayudante, Alfredo, dándose ayer un "piquito". ÁNGEL GONZÁLEZ

Llega con máscara veneciana y dispuesta a "desescamarse" con la folixa. Ni el tránsito por las frías aguas del Cantábrico le ha bajado el "calentón" a la gran animadora del Antroxu, una sardina acostumbrada a la engatusadora palabrería de los italianos que ya se ha hecho a la socarronería local, menos fina y más directa. Incluso ya le da "piquitos" a su chófer y ayudante gijonés, Alfredo. Claro que Alfredo "lo prueba todo", carne y pescado. La "sardinetta", que está a la espera de que los gijoneses la bauticen, se expresa en un castellano entendible, aunque se le cuelan vocablos italianos que en esta entrevista hemos optado por traducir.

-Nuestro traductor de italiano está de "vacaciones en Roma". ¿Podemos hacer la entrevista en castellano?

-¡Pues claro! Intentaré hablar lo mejor que pueda.

-¿Cómo es que ha varado en el Antroxu de Gijón?

-Pues fue un viaje larguísimo. Fui invitada por Teresa (Sánchez), nuestra querida directora del Teatro Jovellanos, a pasar el Antroxu. Vine nadando desde el Adriático al Cantábrico.

-¿Y es mucho más frío el Cantábrico?

-¡Oh! El Cantábrico es algo frío. Pero me encanta, es revitalizante, te da energía. ¡Mira, si se me ha puesto la escama dorada del viaje!

-¿Y no le ha afectado el cambio de temperatura a su voz de soprano?

-No, porque la cuido muchísimo. Tengo cuidados especiales y tomo cosas naturales para mantener mi bella voz.

-¿Y es más o menos cantarina que la sidra?

-Creo que somos iguales de cantarinas, pero yo no restallo.

-¿Qué le han contado del Antroxu de Gijón?

-Me han dicho que es maravilloso, una fiesta grandísima, bellísima, que mucha gente participa. Y que hay una fiesta especial para todas las mujeres. Es una novedad para mí.

-¿En serio?

-¡Claro! Porque a los hombres no les dejan entrar y entonces las mujeres podemos divertirnos. ¡Una cosa loca! Podemos bailar, enseñar un pecho o lo que sea.

-¿Entonces se va a animar a comadrear?

-¡Pues claro! ¿Cómo no voy a comadrear?

-¿Qué le diría a los gijoneses y foriatos que van a disfrutar por las calles de Gijón?

-Pues, sobre todo, que dejen salir el pescado que hay dentro de ellos. O sea, animalización a tope. Y que se pongan la máscara, "carpe diem" y disfruten muchísimo la fiesta, el cante, el baile, la comida... Que se pongan de frixuelos hasta donde puedan.

-Le habrán avisado de que hay tanta fiesta que ninguna sardina ha sobrevivido al Antroxu...

-Pero yo creo que es un mito, porque las otras sardinas seguro que eran débiles pero yo soy fuertísima. Yo tengo un estilo.... ¡Operíííííííííístico! (cantando). ¿Cómo voy a morir? ¿Qué me estas diciendo?

-Tiene mucha confianza en sobrevivir al desmadre.

-Claro, por supuesto. Volveré a Venecia a mi temporada de ópera, si no me dejan quedarme aquí...

-A ver si va a tener una "muerte en Gijón" y no una "muerte en Venecia"...

-No, no creo. Eso es un mito.

-Elija entre una de las dos opciones. ¿Góndola en Venecia o piragua por el Piles?

-¡Ah, Dios mío! ¡Piragua por el Piles! En Venecia el canal es una cosa cerrada pero, aquí, surcas el Piles y llegas a la playa de San Lorenzo, con todo su esplendor.

-¿La plaza de San Marcos o la del Lavaderu?

-(Se lo piensa) Pues yo creo que la del Lavaderu, hay menos palomas y está más limpia. Huele un poco a sidra, que es fuerte, pero es que las palomas son muy molestas.

-¿Espaguetis a la veneciana o pote asturiano?

-¡Hombre! Pues como tú comprenderás, pote asturiano. Los espaguetis los como mil veces al año y estoy harta. El pote me parece una cosa fortísima, extraordinaria y maravillosa.

-¿Frixuelos o tiramisú?

-Pues mira, ahí me pone en un compromiso. Si pudieran hacer en algún momento unos frixuelos rellenos de tiramisú me encantaría.

-¿Sidra o lambrusco?

-Pues... No sé qué decirte... ¡La sidra, que restalla! Me encanta esto de que restalla.

-¿Festival de Cine de Venecia o el de Xixón?

-El de Gijón lo desconozco, la verdad. He leído mucho en la prensa de él, pero nunca he estado. Si sobrevivo al carnaval, vendré al Festival de Cine de Gijón. Vamos, que si puedo, me quedo.

-Seguimos con el cine. ¿Fellini o Garci?

-Pues.... Fetuccini (risas).

-¿Y Rocco Siffredi o Arturo Fernández?

-Hombre.... Vaya compromiso (risas). ¿Se puede utilizar el comodín de la llamada?

-Sí.

-¡Alfredo! ¡Alfredo! (Llama a su ayudante) ¿Qué prefieres: Rocco Siffredi o Arturo Fernández? ¿Quién la tiene más... grande? (Alfredo contesta que el actor gijonés) Venga, Arturo. Yo me fío de Alfredo que Alfredo lo prueba todo (risas).

-¿Berlusconi o Javier Fernández?

-Es que claro, Berlusconi tiene ese nombre tan italiano... Pero, no, prefiero el otro.

-Pues pica usted mucho para Asturias. A ver si se va a enamorar de "un parrochu"...

-Ay, pues me encantaría que ahora todo el mundo me llamara parrocha. Me parece un nombre extraordinario, tan consistente...

-Pero no está entre los que se barajan. ¿Qué nombre quiere que le pongan?

-Hay uno que me gusta, que es Donatella. Aunque suena a la prima de las tortugas ninja.

-Bueno, o como Versace.

-¡Ay! Eso me gusta. No lo había pensado. Como Versace... ¡Pues sí! ¡Quiero Donatella!

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