La empresa Verallia, principal cliente de Gijón Fabril, quiere seguir trabajando con la compañía gijonesa, y ha sido la primera sorprendida al conocer que el dueño de la empresa había solicitado el concurso de acreedores. Así se lo trasladó el propio presidente de la compañía, Pablo Pinto, al consejero de Empleo e Industria del Principado, Francisco Blanco, según él mismo relató ayer en el Parlamento asturiano. El Principado ha trasladado esta información al administrador concursal, al que ha solicitado que reconsidere el posible cierre de la compañía y dé un margen para buscar soluciones.

"Está claro que la situación de Gijón Fabril no es un problema de demanda", aseguró Blanco en respuesta a la pregunta planteada por la diputada de Podemos Lorena Gil sobre las gestiones realizadas por el Principado ante la situación de la empresa gijonesa. La intervención del Consejero fue seguida por un grupo de trabajadores de la compañía desde la tribuna destinada al público.

Blanco relató que, pese a que costó trabajo contactar con Verallia, hacía dos días que había conseguido mantener una conversación telefónica con su presidente, Pablo Pinto, al que había planteado la situación. Además, el director general de Industria, Luis Ángel Colunga, se reunió el pasado martes con el propio Pinto en Madrid, y éste le indicó que Verallia "no tiene ningún problema en seguir trabajando con Gijón Fabril en las condiciones normales de mercado y con independencia de que haya vencido el contrato".

Blanco indicó que ayer mismo había informado de estas conversaciones al administrador concursal, "que tampoco había conseguido hablar con Verallia". Le dije que Gijón Fabril tiene clientes potenciales, y que reconsidere el inminente cierre, dando margen para encontrar una solución".

Frente al edificio del Parlamento regional se concentraron desde primera hora trabajadores de la compañía, y una representación de ellos se reunió con el portavoz de IU en la Junta, Gaspar Llamazares, el coordinador general de la coalición en Asturias, Manuel González Orviz, y el diputado regional Ovidio Zapico. Posteriormente, González Orviz remarcó que la empresa es viable desde el punto de vista tecnológico, de mercado y financiero, y advirtió de que la decisión del dueño responde a "una simple deslocalización".

La intervención de Francisco Blanco en la Junta General del Principado fue seguida en directo por varios de los trabajadores. La plantilla de Gijón Fabril recibió con esperanza las palabras del consejero y de hecho, así lo expresaron públicamente tras la manifestación que ayer recorrió las calles de Gijón en respaldo a los 48 trabajadores de la factoría de Porceyo. El manifiesto que un portavoz de los trabajadores leyó en la Plaza Mayor, donde se congregaron los manifestantes, incluyó el "agradecimiento al consejero de Industria por la noticia" de forma expresa. Si no llega ningún pedido a la factoría, la próxima semana el administrador concursal planteará un ERE para despedirlos.

Los trabajadores también cuentan con el apoyo del Ayuntamiento de Gijón. Su alcaldesa, Carmen Moriyón, desveló ayer mientras participaba en la manifestación, que el Ayuntamiento ofreció hace días al administrador concursal de Gijón Fabril ayudas económicas del Ayuntamiento para facilitar la continuidad de la actividad, pidiéndole que traslade al juez mercantil ese ofrecimiento.

La situación de Gijón Fabril aún está lejos de aclararse, dado que aún no se ha formalizado ningún pedido de obra por Verallia. Esta firma, que hasta hace siete años era la propietaria de Gijón Fabril, tiene también otro papel decisivo en el futuro de la empresa, dado que es la propietaria de la nave y los terrenos que utiliza la factoría gijonesa.

Los responsables de Verallia han trasladado a diversos interlocutores que la decisión para no renovar el contrato a largo plazo con Gijón Fabril no se debía sólo a cuestiones económicas, sino que en los últimos años se había quejado por supuestos problemas de calidad y de plazo de entrega en sus pedidos.

Los propietarios de Gijón Fabril, que tienen en Cataluña otras dos empresas que fabrican lo mismo, no hicieron inversiones en la factoría gijonesa en los dos últimos años, algo que habría derivado en esos problemas de entrega y calidad, añaden las mismas fuentes.