Uno de los últimos discursos públicos de Santiago Martínez Argüelles fue el diez de diciembre en el tanatorio de Cabueñes. El secretario general de la Agrupación Socialista de Gijón tomó la palabra para describir el legado para la ciudad y para el socialismo de su presidente, el histórico Marcelo García fallecido a los 85 años. Ese mismo día Pedro Sánchez encabezaba un mitin electoral en el polideportivo de La Tejerona. Argüelles no estaba en el cartel de oradores. La representación gijonesa correspondió al portavoz del Grupo Municipal Socialista, José María Pérez.
Ya entonces Martínez Argüelles estaba en rampa de salida. Su abandono de la primera línea de la política local, que comenzó a finales de 2014 al anunciar que no repetiría en una candidatura municipal de la que había sido líder, se concretó este viernes con una carta de renuncia a su cargo en la organización política llena de agradecimientos. ¿Explicaciones? Sólo un ambiguo "circunstancias personales". Desde el entorno socialista se habla de la coincidencia en este momento vital de Argüelles de "hartazgo tras años de lucha con todos y contra todos", ganas de "pasar página" y la posibilidad de emprender en poco tiempo un nuevo proyecto profesional. Proyecto al margen de la política y de la vida universitaria que han sido sus dos campos de acción.
La inminencia de ese cambio profesional justificaría su renuncia sin esperar al congreso local previsto para dentro de pocos meses. Martínez Argüelles ya había puesto en antecedentes de su marcha a algunos habituales de la Casa del Pueblo y a miembros de la ejecutiva. Eso sí, de que la despedida era el viernes por la tarde muchos socialistas con algún grado de responsabilidad pública sólo se enteraron unas horas antes. Tampoco estaban al tanto el grueso de los militantes que habían sido convocados por su líder para una asamblea el próximo día 15 con total normalidad.
La decisión del exconcejal y profesor universitario deja a la Agrupación Socialista de Gijón en manos de una gestora, cuyos integrantes elegirá en breve la Federación Socialista Asturiana (FSA). Una situación que nadie recuerda en la Casa del Pueblo pese al ir y venir de secretarios y dimisiones. "Lo anormal es que nunca hubiéramos tenido", ironizaba ayer una socialista. Y esa gestora abre el camino a que la militancia elija a un nuevo líder. Con un congreso federal fijado para mayo, el congreso local -y con él el nuevo secretario general- llegaría el próximo verano.
La rumorología ya empezaba a calentar motores ayer con nombres como el concejal César González o la diputada regional Carmen Eva Pérez Ordieres. González es el actual número tres del Grupo Municipal, en el que ya trabajó en calidad de asesor. Ingeniero Químico por la Universidad de Oviedo y diplomado en Educación Social por la Universidad Nacional de Educación a Distancia -donde estudia ahora el grado de Economía- nació en Gijón en 1977 y ha destacado por su implicación en movimientos vecinales y juveniles, donde fue responsable de "Abierto hasta el amanecer". Hay quien piensa que su elección garantizaría ese puente de comunicación entre el partido y el grupo municipal que ahora parecía perdido en la bicefalia entre José María Pérez y Santiago Martínez Argüelles.
Por su parte Carmen Eva Pérez, gijonesa del 70, fue secretaria de organización de las Juventudes Socialistas de Gijón a finales de los años 80. Licenciada en Derecho se especializó en derecho laboral, colaboró con el Instituto Asturiano de la Mujer en proyectos de igualdad, es experta en mediación en el ámbito familiar, profesora de Formación y Orientación Laboral y, desde hace unos meses, miembro del parlamento asturiano. Entre sus pluses están, para algunos, ser mujer y ser sobrina nieta de Marcelo García.
Pero por ahora, la cara del socialismo local es la de José María Pérez. Veterano con experiencia como edil, primero del gobierno y ahora de la oposición, y como diputado regional. No es previsible que opte a la secretaría general del partido ya que su interés se centra en una actividad municipal marcada por la lucha de un gobierno de Foro en minoría y una mayoría de izquierdas en el Pleno que sigue sin encontrar el camino de la unidad.
Hay quien piensa que el momento elegido por Martínez Argüelles para dejar el barco debilita a un partido que puede tener que enfrentarse en pocos meses a unas nuevas elecciones nacionales y tiene un amplio calendario de congresos ya fijado. Y quien, al contrario, entiende que esta situación congresual minimiza el impacto de que sea una gestora quien tome las decisiones. El ex secretario general está en este grupo.
