La Autoridad Portuaria justificó ayer con la "gran excepcionalidad" de las condiciones meteorológicos del sábado por la tarde que se hubiera repetido la imagen de nubes de carbón del Musel sobrevolando la ciudad. Una imagen que genera la indignación vecinal desde hace tiempo como muestra del nivel de contaminación de la ciudad. La Autoridad Portuaria, en un comunicado hecho público ayer, explica que el calor de la mañana -con 18 grados en el termómetro- provocó una gran sequedad en los almacenamientos de mineral a pesar de los riegos. A ello se unió, a partir de las cinco y media de la tarde, un viento en remolino de más de 110 kilómetros por hora.

Por eso entienden los responsables portuarios que la situación era "inevitable en este caso" tanto en El Musel como en Aboño por su carácter de excepcionalidad. De hecho, aseguran que el viento no sólo provocó las nubes de carbón, también el movimiento de una grúa que fue frenada, el desplome de una pila de tres contenedores vacíos de 40 pies, la caída de los tirantes de la catenaria del ferrocarril en la estación Sur, averías en las barreras de control de accesos y el derrumbe de vallas perimetrales.

El Musel, además de defender que las nubes no son peligrosas y que el incidente del sábado sólo duro cinco minutos, asegura que continuará aplicando medidas preventivas que ya tiene en marcha y que "han minorado" sus efectos.