Cada año se contabilizan en España 28.000 gatos domésticos abandonados. De ellos, unos 3.000 proceden de un hogar en el que una mujer se ha quedado embarazada. El miedo a la toxoplasmosis, una enfermedad parasitaria que puede afectar el cerebro, el pulmón, el corazón, los ojos o el hígado y tradicionalmente asociada a los felinos ha llevado a muchos médicos a recomendar a las mujeres encintas que se deshagan de los gatos para prevenir el contagio. La veterinaria gijonesa Blanca González quiere llamar la atención sobre el creciente número de abandonos "injustificados" de gatos por este motivo, toda vez que "no suelen ser ellos la fuente directa de infección para las personas".

González pronunció ayer una conferencia para "desmitificar" esta creencia y dar a conocer entre el gran público "los verdaderos riesgos de la toxoplasmosis". Porque, tal y como defendió en su intervención, resulta "fundamental" conocer en primer lugar cuestiones como el tipo de alimentación de los gatos, para testar si verdaderamente suponen un riesgo de contagio. Si los felinos comen piensos comerciales y hacen vida fundamentalmente de interior, sin salir al campo, "es muy improbable que sean portadores del parásito". Y aunque lo fueran, "es muy difícil que liberen formas infectantes activas durante el periodo de embarazo de la propietaria", con lo que el riesgo de contagio sería "mínimo" aunque se tengan gatos en casa.

Blanca González recalcó que la mujer embarazada tiene escaso riesgo de contagio porque para ello "debería no haber entrado nunca en contacto con el parásito a lo largo de su vida, y resulta que la mitad de las mujeres testadas en España ya lo han hecho, por lo que no corren el menor riesgo".

De todas formas, la veterinaria recomendó a las embarazadas retirar las heces de gato con guantes, lavar la bandeja frecuentemente con agua caliente, alimentar al gato a base de pienso comercial y no con comida cruda y evitar que haga vida de exterior para que no cace, además de lavar las manos y alimentos crudos a conciencia y evitar los alimentos crudos o poco cocinados.

De esta manera, la veterinaria llamó a "acabar con la lacra de los abandonos de gatos", un problema cada vez más frecuente del que tienen constancia desde su clínica de Montevil, y que "es necesario atajar, porque muchas veces se actúa más por miedo y desconocimiento que con fundamento científico".