Desde hace casi tres años, los alumnos de los Colegios Montedeva de Gijón y West New York de Nueva Jersey (Estados Unidos) son una gran familia y aprenden juntos. Los estudiantes de quinto curso de ambos centros participan en un proyecto educativo por el que mantienen encuentros digitales a través de "skype", tutelados por sus profesores, para establecer un modelo de aprendizaje multidisciplinar. "Lo llevamos a cabo desde diferentes áreas, como inglés o sociales, para conocer diferentes culturas y otras formas de entender diferentes aspectos de la educación", señala Marcelino Fernández, jefe de estudios de Primaria del Colegio Montedeva.

Dos profesores del West New York visitaron estos días el colegio de Ceares para tratar en persona con los alumnos con los que habían hablado por videoconferencia. "Ha sido una experiencia muy positiva", explican Jorge Acosta y Gloria Cantatore, de origen cubano y profesores en un centro estadounidense que tiene más de un 90 por ciento de alumnos de habla hispana y la gran mayoría con raíces latinas de Colombia, Honduras, México o El Salvador. De su estancia en Gijón se llevarán de recuerdo dos latas de fabada que les regaló el alumno Noel Fanjul y unos dibujos de las alumnas Alba Torres y Ainhoa Díaz, con las que tantas veces habían hablado vía "skype", y con las que pudieron conversar por fin sin barreras tecnológicas. "Hablamos de las tradiciones americanas, bailes, música y todas las inquietudes que nos plantearon", explica Acosta.

A lo largo del curso ambos centros mantienen varias videoconferencias por las que los alumnos preparan a los del otro centro exposiciones sobre diversos temas, que sirven para fortalecer el aprendizaje y "establecer vínculos afectivos de conocimiento y multiculturalidad", resalta Marcelino Fernández. En los próximos días retomarán la actividad para explicar desde Gijón cómo se vive la fiesta del Antroxu. La última videoconferencia sirvió para analizar las tradiciones de la Navidad. "Les enseñamos a los alumnos de Gijón, por medio de la matemática y la arquitectura, a construir las famosas casitas de jengibre", recuerda Gloria Cantatore, que avanza que tienen pendiente una actividad de ciencias en la que enseñará a ambos grupos, el estadounidense y el gijonés, a ser capaces de obtener el ADN de los guisantes.

La buena sintonía de trabajo entre ambos centros hace que quisieran mantener esta colaboración en el futuro. "Su aprendizaje está basado en la acción, en aprender haciendo cosas, investigando y disfrutando. Y aquí lo basamos más en la lectura, escucha y memorización. Nos vienen muy bien estos lazos", señala el jefe de estudios del Montedeva. "Estamos enriqueciendo el trabajo en el aula. Van muy por delante de nosotros con su tratamiento y metodología global", añade Miguel Marcos, director del centro gijonés.

En el programa participan unos 76 alumnos del Montedeva y un centenar de estudiantes del West New York. El proyecto está encaminado a los alumnos de quinto de Primaria, por lo que cada año entran en escena nuevos actores que seguirán empapándose de la cultura y costumbres del otro lado del océano Atlántico. "Queremos diseñar un programa con unos objetivos y una planificación que perdure en el tiempo", señalan todos de forma unánime.