El turismo rural de Asturias quiere volar lejos. Concretamente, hacia los países del Norte de Europa, donde reside el modelo de turista ideal para el sector, con alto poder adquisitivo y que podría acabar con una de las principales lacras del sector en la actualidad: la estacionalización de las visitas.

El Clúster de Turismo Rural de Asturias presentó en la mañana de ayer su plan estratégico, un documento base que analiza la situación del sector, sus debilidades y posibles vías de actuación para el futuro. "Necesitábamos una herramienta para ver en qué punto está actualmente el turismo rural en Asturias, qué posibles soluciones y líneas de acción se proponen para esos problemas que tenemos y para crecer como grupo que somos", señalaba ayer Mayte Jiménez Maquedano, presidenta del Clúster.

Como resultado del primer análisis del sector se ha puesto de manifiesto una evidencia: la crisis que ha afectado al turismo rural, estancando la evolución ascendente de los últimos años. A ello ha contribuido también, como señaló el redactor del plan estratégico, Manuel Fernández Grela, un gran crecimiento de la oferta que "no ha estado acompañado de un aumento de la demanda en la misma proporción".

La suma de los factores ha propiciado una resta en los resultados, con "unos precios más bajos de lo que deberían y unos márgenes de negocio bajos", en una comunidad que lidera a toda España por número de alojamientos rurales.

Las soluciones pasan, de esta manera, por una internacionalización, una búsqueda de "turistas extranjeros que nos permitan desestacionalizar", indica la presidenta del Clúster. Franceses e ingleses constituyen en la actualidad el grueso del potencial de visitantes de fuera de España, por proximidad, si bien "nosotros miramos al turismo nórdico y a países como Holanda", señala.

Los esfuerzos, pues, deberán ir encaminados a "ser capaces de llegar a ese turista extranjero, aunque el nacional es de calidad y debemos seguir mimándolo", apunta la responsable del Clúster. Y en ese esfuerzo será necesario "incidir mucho en la comercialización, en la promoción fuera de España, en mejorar los modos de comunicación y los medios de transporte y en acceder a un turista mucho más tecnológico del que estamos habituados a tratar", indica Mayte Jiménez.

El plan estratégico se presentó ayer a los socios del Clúster, un total de 67 que se han ido sumando al proyecto desde que éste se abrió a la participación de las empresas del sector a finales del año pasado. Hay que tener en cuenta, recuerda la presidenta, que "no una asociación al uso porque no somos sólo alojamientos rurales o restauración; somos 67 empresas todas relacionadas con el turismo pero de manera transversal, con alojamientos pero también con empresas de turismo activo, publicidad, consultoras tecnológicas o marketing", enumera Jiménez.

Los planes del Clúster pasan a corto plazo por seguir sumando miembros interesados en dar un nuevo impulso a un sector que este año cumplió sus treinta años de actividad. En los próximos meses se abrirá un nuevo periodo de adhesiones, en el que "intentaremos involucrar a cualquier empresa que pueda aportar parte de la cadena de valor del producto turístico, aprovechar las sinergias para poner en el mercado un producto desde que nace hasta que se vende". Los miembros del colectivo apuntan que "está todo por hacer", si bien "contamos con la colaboración de la administración paras seguir trabajando".