Dieciséis jardines históricos de la región han pasado a formar parte del Inventario del Patrimonio Cultural de Asturias según una resolución de la Consejería de Cultura. Un expediente que finalmente descarta muchos de los espacios vegetales que incialmente se valoraron para entrar en el inventario. En concreto, de los 50 jardines que se valoraron para formar parte de ese catálogo con valor patrimonial, 34 no pasaron la criba. La Real Academia de Historia, el Real Instituto de Estudios Asturianos, la Comisión de Urbanismo y Ordenación del Territorio y la Universidad de Oviedo fueron organismos e instituciones con quienes se consultó el inventario. La Real Academia fue la entidad que se mostró más selectiva a la hora de que se hiciera extensiva la denominación de "jardín histórico" a tantos espacios vegetales que no merecían tal consideración.
Finalmente, bajo el criterio de que "al menos existan dos informes favorables de instituciones consultivas", la Permanente del Consejo del Patrimonio Cultural de Asturias decidió incluir en el inventario los siguientes: los Jardines Antiguos del Palacio de Ferrera y Parques del Muelle (ambos de Avilés), el Jardín de la casa de Rafael Domínguez en As Barreiras y los del Chalé de doña Socorro, en Figueras (ambos en Castropol), Jardines de la Fundación Selgas-Fagalde en El Pito (Cudillero), el Parque Dorado de Sama (Langreo), Jardín del Palacio del Conde de la Vega del Sella en Nueva (Llanes), Campo de San Francisco (Oviedo), Jardines de la quinta Guadalupe de Colombres (Ribadedeva), Jardines del Palacio de Valdesoto (Siero), Jardines de la Villa Guatemala o Villa Társila de Luarca (Valdés), el parque de La Ballina (Villaviciosa).
A esos hay que sumar cuatro espacios vegetales de Gijón, el concejo con mayor representación: el Parque Isabel la Católica, el Jardín de las Camelias de la Quinta de la Peña de Francia de Deva, los Jardines de la Fundación Museo Evaristo Valle, en Somió y el Jardín de la Isla (parte antigua del Jardín Botánico Atlántico).
En el caso de Gijón, los que no pasaron la criba fueron los Jardines de la Reina, los Jardines de Villa María (Somió), los Jardines Antiguos de la Universidad Laboral y los Jardines del Chalé de García-Sol, en Granda.
Los responsables del patrimonio regional recogen en su informe que en el caso de algunos de los jardines que finalmente no han sido considerados como históricos se atendieron las alegaciones de los propietarios. Los responsables de Cultura no consideraron conveniente proceder a unas declaraciones de patrimonio que dan lugar a "trabajos constantes de mantenimiento, casi diarios, tanto en lo relativo a la parte monumental como, en especial, a la vegetal". De ahí que en caso de falta de disposición de la propiedad, el resultado fue de exclusión del Inventario del Patrimonio Cultural de Asturias.
