La sede de la ONG "Ningún niño sin cenar", situada en la avenida de la Constitución, lleva meses recibiendo amenazas y pintadas en su escaparate. Así lo denuncia su coordinadora, Blanca Menéndez que ayer por la mañana limpiaba la última inscripción en los cristales, que decía: "Racistas no" con una hoz y un martillo.

"Llevamos tiempo así. Al principio nos acusaban de dar sólo comida a entranjeros. Ahora de lo contrario, nos llaman racistas. Hay gente muy molesta porque no les atendemos, pero a gente que tiene una nómina de 1.000 euros no podemos darle ayudas, son sólo para quienes no tienen nada", detalla Blanca Menendez que lleva años en el voluntariado social atendiendo a las necesidades de muchos vecinos de la ciudad. "Las amenazas no son de ahora, llevamos tiempo sufriiéndolas", comenta.

En sus instalaciones hay todo tipo de comida, también ropa y útiles de aseo. Además distintas habitaciones de ocio para que los niños y sus familias puedan entretenerse por las tardes. Salas recreativas con un buen grupo de voluntarios que acompañan a los más pequeños e incluso les dan la merienda.