"Un plan no es sólo vivienda pero sigue siendo la mayor masa física que la compone". A partir de esta premisa los responsables de la revisión del Plan General de Ordenación (PGO) de Gijón colocan en el documento de aprobación inicial una nueva cifra: 20.086 inmuebles. Es la capacidad de nuevas viviendas a desarrollar en suelo urbano y suelo urbanizable. De esa cifra 8.622 viviendas se corresponden con obligaciones previas que hereda el actual planeamiento, como 1.200 pisos en el ámbito de Nuevo Roces o 1.967 en la operación de vivienda protegida conocida como Eco Jove. A ámbitos propuestos en el revisado PGO se corresponderían las 11.464 viviendas restantes. Y un matiz que incorporan los redactores del Plan en la memoria justificativa: no se contabilizan los ámbitos del Natahoyo de Naval Gijón y Juliana-Armón donde "el uso residencial es compatible ya que, en caso de acoger viviendas, el reparto de la edificabilidad por usos quedaría de la mano del plan especial".
Ese cómputo de 20.086 viviendas está muy por encima de la previsión de evolución de la demanda que los propios redactores analizan en su documentación, Estiman ellos, tras varios estudios, y teniendo como horizonte de este PGO el año 2028, que el mercado podría absorber entre 10.000 y 16.000 viviendas. De hecho, en el documento de prioridades se hablaba de 15.300 viviendas ¿Por qué se pintan más? El equipo que dirige el arquitecto Emilio Ariznavarreta se justifica con el denominado "factor de esponjamiento" para ir un poco más allá en esa capacidad máxima de edificación. El factor de esponjamiento, dicen, "facilita que los productores de vivienda puedan actuar en el mercado en condiciones de competencia" teniendo en cuenta que no todos los ámbitos de actuación se van a poder desarrollar y que no hay garantías de que la futura revisión del PGO se haga en el tiempo estipulado. Los redactores del Plan tienen en mente una demanda de nueva construcción muy moderada durante el próximo lustro y un tirón del suelo residencial al finalizar esta década.
Otro dato a tener en cuenta. El documento de aprobación inicial del PGO computa 5.584 viviendas protegidas. Aquí se suman 2.876 viviendas protegidas incluidas en las operaciones residenciales de Nuevo Roces y Eco Jove y 2.708 que se vinculan directamente a operaciones del nuevo Plan General. En total, se alcanza un porcentaje del 27,8% de media sobre una normativa vigente en materia de suelo que habla de una previsión del 30% en suelo rústico a urbanizar y 10% en suelo urbanizado. Los redactores del Plan aseguran que el reparto de estas viviendas sobre el territorio "cuenta con bastante equilibrio" aunque de partida excluyen el Centro, lo que ellos llaman el Ensanche y los barrios de El Llano y El Coto. El Llano por la escasez de operaciones y El Coto porque se gestiona en unidades de pequeña entidad.
También ha tenido su interés a lo largo de todo el proceso el número de viviendas a desarrollar en los núcleos rurales. Aquí, el número a fijar en la memoria es 1.795. Esa es la capacidad prevista de construcción en los 150 núcleos rurales. De ese número, y así lo explicó en Pleno el edil forista Fernando Couto, sólo 418 se pueden achacar al nuevo documento ya que las 1.377 restantes ya podrían construirse ahora mismo en virtud del planeamiento en vigor, el de 1999.
Estos son, por ahora, los últimos números para un Gijón que tiene alrededor de 150.000 viviendas ya construidas. Unos números que, hacen constante mención los redactores del documento, tienen más que ver con herencias que con novedades. Así, el equipo de Ariznavarreta incluye Eco-Jove "a pesar de la escasa probabilidad de que la operación se lleva adelante" y recuerda que también es una obligación externa incorporar la operación de vivienda del plan de vías.
