"A partir de 60 años, el tumor de próstata es el más usual entre los varones". Ignacio Tamargo, urólogo de los hospitales de Cabueñes y Begoña, dentro del Instituto Urológico Asturiano, ofreció ayer una charla en el Ateneo Jovellanos titulada "Vigilando esa maldita próstata", en la que hizo hincapié en el tratamiento para el cáncer de próstata y las hiperplasias.

"La hiperplasia la tienen la mayoría de los hombres a partir de los 45 años, y es cuando se produce un desarrollo benigno, que produce problemas obstructivos, y que lo que dificulta es el vaciado de la vejiga, o cuando la gente no tolera bien el llenado de la vejiga y tiene urgencia para ir a orinar", indica Tamargo.

En su exposición resaltó que para el tratamiento de la hiperplasia se lleva a cabo una enucleación prostática con láser holmium. "Consiste en extirpar mediante una endoscopia la parte hipertrofiada de la glándula, en vez de la técnica que se hacía hasta ahora de realizar una incisión en el abdomen". A juicio del urólogo gijonés, esta técnica tiene como beneficio que "existe menos riesgo de sangrado, menos riesgos de infecciones y una menor estancia hospitalaria, con un postoperatorio que se sitúa entre las 24 y las 48 horas".

Con respecto al cáncer de próstata, hizo hincapié en que se diagnostica por un análisis llamado PSA, que es el marcador de valores de la próstata, pero que no es específico y tiene el problema que se altera con otras circunstancias diferentes. Para solucionarlo Tamargo plantea tres escenarios: "Si es curable, un tratamiento quirúrgico con radioterapia; si no es curable, observación o tratamiento hormonal; y en función de la edad, a veces no queda otra que observar". En cuanto a la prevención explicó que solo existe la posibilidad de hacer revisiones periódicas a partir de los 50 años.