Un grupo de once alumnos de segundo curso del Máster Universitario en Ingeniería Mecatrónica y del Erasmus Mundus en Mecatrónica y Sistemas Mecatrónicos de la Universidad de Oviedo acaba de diseñar, fabricar y montar un asistente aerodinámico para la conducción de motocicletas, con el objetivo de reducir accidentes por turbulencias, vientos cruzados y movimientos del piloto o el pasajero. La novedad de este proyecto es que se incorporan alerones dinámicos, con movimiento controlado mediante servomotores, situados a ambos lados de la moto, que pueden cambiar su inclinación con respecto al flujo de aire para generar una fuerza ascendente o descendente a cada lado del vehículo en función de la necesidad. O lo que es lo mismo, el alerón variará su posición de forma automática en función de la velocidad y el aire para conseguir una mayor eficiencia en la conducción y la seguridad.

Ayer, en el campus de Gijón, los alumnos presentaron el prototipo y realizaron una prueba junto al túnel del viento para comprobar su funcionamiento. "Lo que se consigue es controlar el balanceo de la moto y ayudar mucho a la manejabilidad de estos vehículos. Los más grandes y pesados se pueden manejar como si fueran los más ligeros y por tanto se aumenta de esta manera la seguridad activa", señala Álvaro Noriega, profesor coordinador del proyecto.

Mientras que la aerodinámica ha avanzado de forma notable en aviación y coches de altas prestaciones, en las motocicletas se reduce a la implantación de alerones fijos y de pequeño tamaño en algunas motocicletas del campeonato de Moto GP. "En esta categoría se empiezan a incorporar alerones estáticos, que lo que hacen es generar una fuerza vertical y ascendente, que pegue el vehículo al suelo", dice Noriega.

En este proyecto grupal que se ha realizado durante el primer semestre han participado ocho profesores y se ha desarrollado el prototipo en cuatro asignaturas diferentes. "La dificultad principal a la que nos enfrentamos fue la de integración, ya que se trata de un proyecto multidisciplinar, que consiste en integrar en una sola cosa aerodinámica, mecánica, electrónica y control", comenta el coordinador.

Carlos García, uno de los once alumnos que construyeron el prototipo, valora el proyecto final como "un buen producto que funciona", pero también matiza que "se podría haber solventado de cara a la comercialización o para que funcionase con una fiabilidad alta con mucho menos de lo que hicimos, porque al ser un trabajo a nivel académico utilizamos muchas tecnologías que ahora podrían ser descartables".