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JAVIER BAHÓN | Experto en innovación y nuevas metodologías educativas

"Poner más exámenes y reválidas atemoriza a los profesores pero no mejora nada"

"Tenemos que abandonar un modelo educativo que es anticuado y no responde a las necesidades del mundo real"

Javier Bahón. JUAN PLAZA

El bilbaíno Javier Bahón, formador y asesor educativo, es uno de los divulgadores de referencia en España en lo relativo a metodologías internacionales, y autor de la línea "Aprender a pensar", un proyecto de la editorial SM. Coach de profesores para la mejora de sus procesos de enseñanza-aprendizaje, Bahón asegura que "algo se está moviendo en los centros educativos españoles, pero no necesariamente tiene que ver con movimientos que vayan paralelos a la política educativa".

-¿Hay que darle un revolcón a la educación española?

-Totalmente. La educación española necesita seguir dando pasos de transformación que la lleve a abandonar un modelo que es anticuado, y lo sabemos, pero que además ya no da respuestas a las necesidades del mundo real de este siglo. Es absolutamente necesario un cambio metodológico.

-Habla de metodologías pero también de áreas de trabajo, de espacios físicos de los centros... ¿Es para tanto?

-Es lo que tiene el cambio, que tiene efecto dominó y cuando se mueve una ficha empiezan a caer todas a continuación. Sin prisa, pero sin pausa, hay que asumir que no se podrán hacer cosas diferentes en educación sin que haya un cambio en la organización. La organización al uso divide la educación en asignaturas, en horas el día, en cursos escolares... y todo eso ya hay países que lo ponen en cuestión. Ahora vemos en titulares que "Finlandia suprime las asignaturas", y nos llama la atención. Yo digo que nosotros llegaremos a eso mismo, aunque igual dentro de 12 o 15 años.

-¿El problema de la educación española es que está demasiado centrada en contenidos y no en un aprendizaje integral?

-En general sí. Ese es el cambio que estamos potenciando. Que la educación deje de girar en torno sólo a contenidos y lo haga más en torno a capacidades y competencias de las personas. Esa es la necesidad. Sin olvidar, ojo, que hay que aprender contenidos. Pero esos contenidos tienen que tener sentido y deben ser fáciles de asimilar, algo que no siempre es así. Para asimilar algo hay que comprenderlo, utilizarlo, hay que encontrarle el sentido, y para eso hay que tener tiempo para desarrollarlo e integrarlo en un proyecto; no vale lo que se hace en la escuela de llenar el tiempo sumando un contenido más otro, más otro...

-Pero frente a ese modelo llega uno con más reválidas y pruebas de contenidos.

-Ése es un enemigo muy grande que no mejora nada. Programar más exámenes, más pruebas externas, más reválidas lo único que hace es atemorizar al profesor, que tenderá a dar más contenidos para que sus alumnos no obtengan malos resultados en las pruebas. En los países que quisieron mejorar su educación y recurrieron a más pruebas y reválidas, ya se ha visto, al cabo de años trabajando de esa forma, que sólo han logrado una mayor brecha educativa, con un grupo de alumnos que tienen éxito y más alumnos que fracasan. Y el profesorado vive inmerso en una situación de más ansiedad. Esto ya está probado en muchos países.

-¿Cree que entre el profesorado español hay una masa crítica suficiente que quiere introducir cambios en la forma de hacer?

-Hay de todo. En general en España hay un grupo muy grande de docentes que quiere formarse, que entiende perfectamente su papel de educadores, y otro grupo de gente que ha llegado a la educación sin saber lo que era educar. Y que creen que por enseñar su área de la forma más estricta posible están en su papel. A esos yo les diría que se equivocaron de profesión. Ésta es la de educar personas a través del área que elijas, pero sobre todo se trata de educar personas. Estoy hablando siempre en edades de 0 a 16 años, donde es fundamental sentirte y ser educador, muy por encima de mostrar el dominio de tu propia disciplina o área de conocimiento.

-¿Le parece conveniente que la revisión de la educación pase por la formación del profesorado?

-Rotundamente sí. Hay Facultades donde se está haciendo lo mismo que hace 20 años, y donde preparan al profesorado exactamente igual que hace 20 años. Y no puede ser que nadie te prepare para áreas que son importantes para un educador. Por ejemplo, que nadie te enseñe a tratar con familias, a mediar en conflictos, que te ofrezcan más formación en psicología para trabajar dificultades... hay muchas cosas que aún son una gran laguna en la formación.

-¿En qué medida el hecho de tener que formar a alumnos para profesiones del futuro que ahora no existen va a forzar el cambio educativo?

-Eso tiene mucho que ver con lo que está pasando. Los estudios dicen que en dos décadas van a desaparecer el 47% de las profesiones que conocemos y van a ser sustituidas por otras que o han empezado a nacer, o no han nacido aún. Con lo cual, la flexibilidad mental de nuestros alumnos tiene que ser total porque no les puedes preparar para un mundo concreto con unas capacidades concretas, sino que les estás preparando para un mundo líquido, muy cambiante. En EE UU en los últimos años se han generado un millón de desempleados, una situación que ha ido paralela a la creación de 3 millones de puestos de trabajo; pero esos desempleados no han podido cubrir los nuevos puestos porque no estaban cualificados. Lo que nos queda claro es que la educación debe ir enfocada al desarrollo personal de los alumnos, pero también al futuro desarrollo profesional.

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